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Club de morosos VIP

Avatar del Diana Acosta

¡Muy bien señor presidente! Nos indigna a todos que el dinero de los ecuatorianos haya sido prestado irresponsable y alegremente por la Corporación Financiera Nacional, a un grupillo de bendecidos que, por contar con la venia del padrino de turno, se alzaron con préstamos millonarios, a plazos que no vencen y con intereses que quién sabe si los estarán pagando.

Durante la década perdida, era un secreto a voces, cómo se entregaban a dedo préstamos para los amigotes o relacionados que, mediante estas operaciones, pasaban de la noche a la mañana, de vender sánduches de chancho, tarea honrosa, por cierto, a ser nuevos ricos, abusando de la plata de todos nosotros. Después nos preguntamos ¿Por qué el IESS tiene un déficit que lo tiene al borde del colapso financiero? ¿Cómo llegó nuestro país a sobreendeudarse salvajemente? ¿Por qué el sistema de salud está en soletas y repleto de denuncias de corrupción?, entre tantos otros hechos bochornosos de la época.

Deben publicar, de manera urgente, la lista de esos morosos con deudas sospechosas y multimillonarias, que sin mayor evidencia de sus capacidades de pago fueron favorecidos con este tipo de operaciones.

Adicionalmente, tienen que proceder a la recuperación ágil de esas obligaciones, iniciando cuanto antes todos los procesos de cobro coactivo para alcanzar a los responsables de estos entuertos, donde muchos de los “supuestos beneficiarios” son extranjeros, o personas sin evidente capacidad de pago.

Es hora de recuperar nuestro dinero, o los activos si no tienen capacidad de pago, nombrando de inmediato administradores calificados para que pongan los bienes a producir y evitar su deterioro.

Así mismo, incluir en todos los procesos judiciales a todos los responsables directos e indirectos que se hicieron de la vista gorda mientras todo esto pasaba en sus narices.

Ese club “exclusivo” de morosos VIP, que se creó durante la década perdida, debe ser desmantelado para ponerlos a pagar todo lo que deben, con lo que puedan y tengan.

El pueblo quiere respuestas y hechos concretos, no solo enunciados vendedores.