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Diana Acosta-Feldman: Asamblea electorera

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Como vienen las cosas, podemos decir que la campaña electoral ha comenzado y esta nefasta historia continuará

El lavado de activos por definición es “el proceso a través del cual los bienes de origen delictivo se integran al sistema económico financiero legal, aparentando haber sido obtenidos de forma lícita”.

Ecuador, por ser un país dolarizado, es el blanco perfecto para este tipo de estructuras delictivas, para blanquear los capitales de sus operaciones delincuenciales. Por esto nuestro país necesita imperiosamente un marco legal de avanzada al respecto. Resulta complicado entender cómo la Asamblea se ha resistido a dar pie a la discusión y aprobación de una ley referente a este delicado tema, sin siquiera haber dado a pie a debatirla como corresponde. Es claro que la campaña electoral ha llegado al Poder Legislativo y al parecer las decisiones que tomen van a estar siempre en línea a cuidar el beneficio que uno u otro grupo político busque para sus fines electorales.

Ahora, la pugna generada entre los poderes Ejecutivos y Legislativo alrededor del apurado archivo de la ley contra el lavado de activos, desnuda el norte que se ha trazado buena parte de la Asamblea, que luce bailará al ritmo que le convenga a cada uno de sus candidatos.

No hay argumentos de fondo para la decisión tomada, simplemente excusas con el objetivo de lastimar los intereses de lo que consideran su opositor electoral, sin entender que con esto también hieren los intereses de los ecuatorianos de bien, que ven impotentes cómo constantemente nacen nuevos ricos sin que se les conozca los orígenes de sus grandes fortunas, que sin pudor ostentan en un país donde ganar cada dólar cuesta sudor y lágrimas.

Uno de los pilares de las organizaciones delictivas es justamente el económico y sin una rigurosa ley que lo reprima harán del Ecuador territorio propicio para su desarrollo.

Obviamente, junto al cuerpo legal deben venir la reestructura y reforzamiento del Poder Judicial con jueces especializados en la materia, a los que nos les tiemble la mano al momento de dictar sentencia.

Como vienen las cosas, podemos decir que la campaña electoral ha comenzado y esta nefasta historia continuará.