Diana Acosta-Feldman: Divide y vencerás
Los frágiles egos de los políticos ecuatorianos no han permitido hasta ahora la unidad de las diferentes tendencias políticas
Divide y vencerás, es la máxima de los dictadores que pretenden destruir la democracia y perennizarse en el poder, como Maduro; pero felizmente, los políticos venezolanos entendieron que debían deponer posiciones y caprichos para unirse y vencer al dictador en las urnas, y así lo hicieron; lo vencieron en las urnas, aunque lamentablemente, sacar al dictador del poder es un tema más complicado sin ayuda internacional.
En Ecuador, ciertamente no estamos como en Venezuela, pero lo que sí nos ha enseñado la historia reciente es que ningún triunfo está garantizado, que cualquier acontecimiento en tiempos de campaña puede patear el tablero electoral, por lo tanto, nadie tiene garantizada la victoria.
Si bien los procesos de democracia interna ya empezaron, los partidos políticos y movimientos tienen hasta el 30 de agosto para realizar las alianzas de cara a las presidenciales del 2025, fecha clave para la democracia, pues es allí donde cada grupo deberá renunciar a sus candidaturas autoproclamadas por ‘ovación’, para unirse en pro del país. Esperemos que tengan la madurez necesaria y no nos vuelvan a presentar una papeleta presidencial que supere la docena de binomios.
Personalmente, pienso que la unidad es muy complicada por los egos personales de los aspirantes, pues cada uno se cree más presidenciable que el otro.
Como siempre, no faltarán los oportunistas que lo único que buscan es su minuto de poder para usufructuar de los ‘apoyos de campaña’, sin importarles debilitar la posición de quienes sí tienen posibilidad de lograr un resultado favorable en las próximas elecciones.
Los frágiles egos de los políticos ecuatorianos no han permitido hasta ahora la unidad de las diferentes tendencias políticas y por ello pasan a segunda vuelta con participaciones atomizadas.
Lo bueno es que hasta que no estén inscritas las candidaturas, nada está dicho. Hacemos un llamado a la cordura de los candidatos para dejar de lado sus egos e intereses particulares, o pondrán en peligro la democracia, para reeditar la trágica novela que padece el pueblo venezolano.
