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Diana Acosta-Feldman | Guardianes de la Constitución

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Aspiramos a que la renovada Corte continúe protegiendo nuestros derechos humanos

Contra todo pronóstico y luego de una serie de contratiempos, sorteando boicots, impugnaciones, sospechosas movidas mañosas de última hora con ‘supuestos impedimentos legales’ en el Ministerio del Trabajo en contra de candidatos con altas puntuaciones, con el propósito de dejarlos fuera, la Comisión Calificadora para la renovación parcial de la Corte Constitucional lo logró; designó a los tres mejores jueces puntuados para integrar la más alta Corte del país, y la Asamblea Nacional cumplió con posesionarlos según lo establece la ley, sin dilatarse, como acostumbran.

Felicitaciones a la Comisión por no dejarse doblegar, por la rigurosidad del concurso y por cumplir con la entrega de tres nuevos guardianes de la Constitución.

Éxitos para los nuevos magistrados, de ellos esperamos recibir lo que desde hace algunos años y hasta ahora nos ha brindado la más alta Corte del país: imparcialidad, coherencia, objetividad y, sobre todo, absoluta independencia de los poderes de turno, pues la Corte Constitucional es el último reducto de la justicia, transparencia e independencia que tiene este país.

La ciudadanía exige de la renovada Corte que resuelva los casos pendientes con la celeridad que demanda la justicia. La alta Corte debe atender con sentido de urgencia todas las acciones públicas de inconstitucionalidad que tienen en cola, como se los manda la Constitución. El país y sus ciudadanos necesitan que esta Corte despache todos los casos represados para que no tengamos dictámenes tardíos que, sin embargo de estar revestidos de solemnidad y justicia no sean oportunos para satisfacer los intereses de los afectados, pues “nada se parece tanto a la injusticia, como la justicia tardía”.

Aspiramos a que la renovada Corte continúe protegiendo nuestros derechos humanos tan venidos a menos y pisoteados en este país, y que los nuevos magistrados y los honorables que continúan, garanticen la vigencia y supremacía de la Constitución, poniendo un freno a todos aquellos que pretenden pisotearla sin ninguna consecuencia, pues son ustedes los guardianes de la Constitución, háganla respetar.