Diana Acosta-Feldman | Halloween laboral

La crisis energética, no se puede convertir en una noche de brujas para los trabajadores
Como sucede comúnmente en nuestro país, hay ciertas empresas que andan a la caza de oportunidades para librarse de sus responsabilidades laborales y abusar de sus trabajadores. Esperemos que ahora, con la excusa del impacto económico por los cortes de energía eléctrica, no aprovechen el momento para violar los derechos fundamentales de sus empleados, pretendiendo sortear sus problemas económicos a costa de la parte más débil de la relación laboral: el trabajador.
Muchos recordarán que en plena pandemia de covid, se despidió masivamente a muchos trabajadores y para no pagarles la indemnización (art. 185 y 188 del Código de Trabajo), algunos empleadores aplicaron la figura contemplada en el art. 169 #6 del CT, terminando unilateralmente los contratos de trabajo por supuesto “caso fortuito o fuerza mayor”, ya que con esta causal no se paga ninguna indemnización, a pesar de sus años de trabajo.
El abuso de esta figura legal, mal empleada, llevó a que la Asamblea Nacional, a través de una disposición interpretativa, precise que la ocurrencia de la causal de fuerza mayor o caso fortuito está ligada al cese total y definitivo de la actividad económica del empleador.
Cuidado a algún trasnochado, con la excusa de los apagones se le ocurre terminar la relación laboral bajo esa causal, que solo aplica para los acontecimientos extraordinarios que “no pudieron prever o que previsto, no lo pudieron evitar”; porque los apagones no son una novedad imprevisible y mucho menos si sus estragos no llevan al cese definitivo de la empresa.
La crisis energética, no se puede convertir en una noche de brujas para los trabajadores, quienes no deben pagar el peso de la crisis, y aún peor renunciar a sus derechos laborales, a su liquidación o al pago de las horas extras laboradas.
La cuerda no se puede seguir rompiendo por el lado más débil de la relación laboral, por ello las instituciones llamadas a velar por los derechos de la clase obrera deben de sancionar todo tipo de abuso a la ley, para que este duro momento no lo conviertan en un Halloween laboral.