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Diana Acosta: Peces gordos

El Ecuador está de pie y así se mantendrá hasta lograr la victoria sobre la guerra iniciada contra la corrupción, guerra que no podemos perder

Los ecuatorianos estábamos cansados de que los únicos que caían eran los delincuentes de chancleta; ahora, al fin, comienzan a agarrar a los peces gordos de la corrupción.

La captura de Salcedo es una importante oportunidad para que este entregue toda la información sobre los delitos en los que, según la Fiscalía, ha participado, como la venta de insumos a los hospitales en plena pandemia, lavado de activos, testaferrismo, tráfico de influencias, compra de cargos públicos en gobiernos anteriores para sectores como aduanas, “Petro, CNEL, Celec, IESS,” pues como lo dijo él, “en esos hay billete”.

Salcedo tiene la respuesta a tantas preguntas que tienen la Fiscalía y la ciudadanía, como qué autoridad del gobierno pasado le daría ese “contrato de dos palos en el Registro Civil”, las cabezas del caso Metástasis, la corrupción hospitalaria, lo que implica que muchos personajes saldrán embarrados, razón por la cual a más de uno le conviene que Salcedo no hable.

Fiscalía debe ir por esos peces gordos, para que todos sepan que en Ecuador el crimen se castiga y que todos los bienes mal habidos los perderán con la nueva ley de extinción de dominio.

Los movimientos certeros de las autoridades para acorralar y lograr la captura de personajes de alto interés nos dan esperanzas a los ecuatorianos de que la luz está al final del túnel.

Son evidentes los operativos que las FF. AA. realizan en buena parte del país, por ello, en reciprocidad, la ciudadanía no ha dudado en colaborar con donaciones de alimentos, así como atenciones hacia la valiente fuerza pública; pero el círculo debe cerrarse con la depuración de la Función Judicial, para obstruir esa puerta giratoria que permite salir a los delincuentes poco tiempo después de ser capturados.

La contundencia de las acciones emprendidas localmente y la cooperación internacional deben dar frutos para, finalmente liberar al Ecuador de esa lacra que lo oprime que es la corrupción.

El Ecuador está de pie y así se mantendrá hasta lograr la victoria sobre la guerra iniciada contra la corrupción, guerra que no podemos perder.