Diana Acosta: Los vendehúmo
Sí, efectivamente hay una crisis institucional, como en la Fiscalía y Contraloría
Quien les diga que una nueva Constituyente va a solucionar todos los problemas que tiene el Ecuador, está vendiendo humo.
Seguramente, algunos de los que lo proponen no han leído ni mucho menos analizado los 444 artículos de nuestra Constitución, que proclama derechos y libertades que se violan constantemente.
Una nueva constitución no le va a solucionar la vida a nadie, ni a darle trabajo, pues la actual ya garantiza que “el Estado eliminará el subempleo y el desempleo” (326 #1); ni nos va a garantizar que las diferentes entidades que conforman el Estado hagan lo que tienen que hacer en línea con lo dispuesto en la Constitución, sin caer en ‘vendettas’ con resoluciones aberrantes reñidas con la ley.
En resumen, la Carta Magna no es el camino para que se resuelvan los grandes problemas nacionales, es el marco jurídico y una herramienta sobre la cual transitamos los ecuatorianos.
Si no nos gusta el Consejo de Participación Ciudadana que elige autoridades con base en ‘intereses particulares’ y no méritos, tuvimos la oportunidad de eliminarlo, sin embargo, recordemos que en la consulta popular promovida por el gobierno anterior nos preguntaron si queríamos eliminarlo y el soberano dijo mayoritariamente que ¡no!
Nuestra Constitución en materia de derechos humanos es de avanzada y el hecho de que se vulneren garantías no es un problema del texto, sino de la falta de aplicación de la ley y sus correspondientes sanciones.
Sí, efectivamente hay una crisis institucional, como en la Fiscalía y Contraloría, que se han dedicado a perseguir a quienes opinan diferente, pero la elección de autoridades honestas e independientes no es un problema que se soluciona con una constituyente de composición incierta, que no nos garantiza que no saldrá un engendro que cambie el hiperpresidencialismo actual, para virar la torta y darles todos los poderes a los partidos políticos del parlamento.
Fui asambleísta constituyente y les puedo asegurar que, sin recursos, sin Estado de derecho y sin tiempo, una constituyente no es la solución y proponerla es vender humo ¡Populistas groseros!