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Delincuentes de toga

Avatar del Diana Acosta

¡Sí!, el sistema judicial está roto, corrompido, podrido y la ciudadanía asqueada ante tanta impunidad

No terminábamos de leer la sentencia de la Corte Constitucional que dispone procesar por el delito de prevaricato a los jueces que en el conocimiento de garantías jurisdiccionales procedan contra ley expresa y sin competencia, cuando desde Yaguachi nos llegó un galimatías jurídico, donde un juez sin competencia falla contra norma expresa, y sin importarle un soberano rábano, desconoce la sentencia de la alta Corte y decide que un sentenciado por corrupción, que se encuentra inhabilitado a perpetuidad para ser candidato y ocupar un cargo público (art. 113.2 CRE), pueda participar en las actuales elecciones exprés.

La Corte fue contundente: comete prevaricato el juez que falla contra ley expresa; con sanción de cinco a siete años de cárcel, multa de 30 salarios básicos, más la inhabilitación de la profesión por 12 meses; y, si mediante este acto delincuencial se beneficia a otro grupo de delincuencia organizada o delitos contra la administración pública, la pena será de siete a diez años (art. 268 COIP). Igual suerte corren los peticionarios y sus abogados, quienes también responden penalmente por el abuso del derecho.

Pero la fiesta continúa con medidas cautelares en contra de decisiones judiciales, acciones de protección contrarias a norma expresa y ‘habeas corpus’ que sacan de la cárcel a criminales y delincuentes.

¡Sí!, el sistema judicial está roto, corrompido, podrido y la ciudadanía asqueada ante tanta impunidad, provocada por la nefasta subasta de acciones constitucionales, usadas por pillos, delincuentes y políticos corruptos para evadir sus responsabilidades legales, con el auspicio de abogados mañosos y jueces sin alma, pero con toga.

Solo nos queda, a los afectados y la ciudadanía, denunciar la ‘noticia criminis’, para que la Fiscalía actúe en contra de la corrupción e impunidad imperante en Yaguachi, Samborondón, Manglaralto y demás lugares remotos, buscando que estos jueces deshonestos e impreparados, carentes de alma, pero con toga, terminen tras las rejas, para que paguen por sus arbitrariedades y así detener de plano toda esta feria de la impunidad.