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Hijitos millonarios

Avatar del Diana Acosta

Este gobierno nos queda debiendo también en la lucha contra la corrupción

La semana pasada Diario EXPRESO, publicó un editorial titulado “Con mis hijos, no”, en el cual afirmaba que las personas “dentro o fuera del sector público deben demostrar de qué viven, cuáles son sus ingresos, de dónde provienen, cuánto pagan de impuesto a la renta y otros tributos”, pues todos somos iguales ante la ley, incluida la familia si hay sospechas de actos irregulares.

Esto me recuerda cuando al condenado por corrupción Carlos Pareja, le preguntaron, en una de sus tantas comparecencias en la Asamblea, por una propiedad ubicada en Samborondón, que se presumía de él y por la que habría pagado $ 700.000, ante lo cual, con total desparpajo y cinismo respondió: “¿Qué, a mis hijos no les puedo dar?”.

Como estos, en Ecuador proliferan los casos en los que políticos, funcionarios públicos o ciudadanos, ocultan sus patrimonios utilizando el nombre de testaferros, parientes o de hijos menores de edad, porque saben que las autoridades se hacen de la vista gorda ante estos casos de corrupción.

El incremento patrimonial no justificado es un delito y el enriquecimiento privado no justificado se encuentra tipificado en el art. 297 del COIP: “La persona que obtenga para sí o para otra, en forma directa o por interpuesta persona, incremento patrimonial no justificado mayor a doscientos salarios básicos unificados del trabajador en general, será sancionada con pena privativa de libertad de tres a cinco años”.

Este gobierno nos queda debiendo también en la lucha contra la corrupción, pues absolutamente nada ha hecho para transparentar los millonarios patrimonios de hijitos o testaferros, producto del saqueo a los bolsillos de los ecuatorianos.

No se entiende qué hace falta para que el presidente disponga a la UAFE y al SRI investigar los patrimonios millonarios de quienes no pueden justificar su legítima procedencia, se trate de quien se trate, pues nadie tiene corona ante la ley.

Lamentablemente, con tanto frente ardiendo contra el Ejecutivo, dudo que el presidente tenga entre sus prioridades empezar a recuperar lo robado y traer del cogote a los ladrones.