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La mamá de las palizas

Avatar del Diana Acosta

Es hora de que el presidente se ponga los pantalones y suba a ese estrado para decirles a sus verdugos con tono firme lo que le dé la gana

En el Día de la Madre le dieron la mamá de las palizas al Gobierno. La reelección del presidente de la Asamblea desnudó ante los ecuatorianos lo que preveíamos, que el oficialismo no controla nada, que la mayoría opositora mantiene el control total de la Asamblea, así como del Consejo de la Administración Legislativa.

El oficialismo fracasó, hicieron todo mal, pésimas negociaciones que los dejaron fuera de todo, conformándose una peligrosa y abrumadora mayoría que copó las nuevas autoridades del Parlamento.

Veremos si esa mayoría continúa consolidada cuando echen la moneda al aire para definir el destino del gobierno de Lasso.

Es muy tarde para las recomendaciones de las cámaras, para los gritos desgarradores de los autollamados expertos, para las pataletas judiciales y los intentos desesperados del Gobierno buscando que, desde la Corte Constitucional, le lancen una boya salvavidas que lo libre del cadalso; sin embargo, a estas alturas conocen más que nunca que en esta Asamblea de marras no prima la razón, sino la fuerza de los votos.

Debemos tener claro que no son los mismos votos ni las intenciones para cuando se ponga sobre la mesa la decisión de destituir al presidente de la República. Ya veremos cómo se comportan las bancadas opositoras y si se mantienen completas en su posición monolítica a favor de la remoción de Lasso.

Por otro lado, el presidente no se deja ayudar. Con su inacción nos ha defraudado a todos en la lucha contra la corrupción, en la imposición de nuevos impuestos, en protegernos de los criminales. Es hora de que el presidente se ponga los pantalones y suba a ese estrado para decirles a sus verdugos con tono firme lo que le dé la gana y que, de una vez por todas, si la suerte y su destreza de ‘lobby’ no lo acompañan, decrete la muerte cruzada, para que se vayan todos a su casa por incompetentes e inoperantes. La mala noticia es que de celebrarse nuevas elecciones no veo a nadie que destaque para corregir el rumbo de nuestro país, por lo que preveo un oscuro desenlace que espero, encuentre al Ecuador bien confesado.