Pura demagogia
Ahora esperamos que sin más dilación, el susodicho sentenciado conste en el Registro Único de Violencia Contra las Mujeres, caso contrario, nos queda claro que la creación del Ministerio de la Mujer es pura demagogia en época de consulta popular.
Con estilo repetido de verborragia llana y grosera, el presidente pretende polarizar a los ecuatorianos entre los que aprueban su consulta popular y los otros, a los que, por opinar distinto, los declara “villanos”, “malvados narcotraficantes”, “que odian el país”. Nada más burdo y torpe en democracia.
Irse por la sátira de héroes y villanos resulta iluso, en lugar de esmerarse por explicar las bondades de los anexos de su consulta, y por esa vía tratar de convencer a quienes no están totalmente satisfechos con sus planteamientos. Nuestra y todas las sociedades son más complejas que la trillada retórica de los buenos versus los malos.
Cuando el presidente nos cuestiona en cadena nacional de qué lado de la historia estamos, debería primero cuestionárselo casa adentro, y con esto no solo me refiero a la corrupción desbordada en su administración, sino a la violencia de género que solapa.
En Ecuador existen varios tipos de violencia contra la mujer que se encuentran tipificados, entre ellos la física, la psicológica, sexual y la política.
Muchas mujeres nos preguntamos de qué lado de la historia está el presidente, al tener entre sus secretarios de Estado a uno sentenciado por violencia política de género. Es una vergüenza que entre las políticas públicas del novel Ministerio de la Mujer no se establezca que quien haya sido sentenciado por violencia de género no pueda ser parte de la función pública. Es una vergüenza que el Ejecutivo en su discurso de creación del Ministerio de la Mujer no se haya pronunciado sobre la sanción de última instancia impuesta a uno de sus secretarios por haber incurrido en una infracción muy grave por violencia política, que tiene como sustento un estereotipo de género. Pésima opción del Gobierno, que ha escogido estar del lado del agresor.
Ahora esperamos que sin más dilación, el susodicho sentenciado conste en el Registro Único de Violencia Contra las Mujeres, caso contrario, nos queda claro que la creación del Ministerio de la Mujer es pura demagogia en época de consulta popular.