Fausto Ortiz | ¡Es el empleo!
...desde 2012 la población en edad de trabajar ha crecido y la economía no ha generado empleo prácticamente para ninguno
A lo largo del tiempo, una de las preocupaciones que aparece en los primeros lugares sobre el principal problema de la economía ecuatoriana ha sido el empleo. En las campañas aparece siempre, seguramente, incluso desde antes del “Pan, techo y empleo”. Aparece también como uno de los principales ofrecimientos. Hace poco la oferta fue crear un millón de nuevos puestos de empleo en un período de gobierno. Ni se crearon dichos empleos, ni duró el gobierno.
Coyunturalmente surgen otras preocupaciones y copan la atención. En el momento actual los apagones compartiendo protagonismo con la inseguridad, pero manteniendo presente que el empleo sigue siendo un problema no resuelto, y en el caso de seguridad, de alguna forma vinculado.
El último dato oficial del INEC para personas que registran empleo pleno fue 3’155.113 en el mes de septiembre de 2024. Con relación al año anterior, una mejora de 45 mil personas, sin embargo, aún nos encontramos 73 mil personas por debajo de la cifra obtenida en septiembre de 2019 y nos ha tomado 12 años superar con apenas 37 mil personas la cifra de empleo pleno alcanzado en 2012.
La situación fiscal está lejos de solucionarse. Existe aún un elevado déficit fiscal, una complejidad en la obtención de su financiamiento y quizás lo más importante, muchos gastos en sectores prioritarios como Salud y Educación, que por años se ha preferido ni siquiera registrarlos en la ejecución del presupuesto estatal. El reciente incremento del IVA, las autoretenciones y su incremento, la ruta de eliminación y focalización de subsidios deberían ser suficientes para dar un respiro en materia impositiva, para empezar a dedicarse a empujar a la economía hacia el crecimiento en 2025, que es el año posterior al punto de depresión en que nos encontramos hablando de nuestro actual ciclo económico.
Ayer el Gobierno cumplió un año y no logro adjudicarle una nota satisfactoria en lo económico, su énfasis desde antes del arranque fue la reelección en lugar de arrimar el hombro con el sector privado para suavizar la caída y potenciar su reactivación.
La época preelectoral empieza con la población baja en su estado de ánimo, bajas expectativas de que sea contratada en diciembre para apoyar en el incremento tradicional de ventas. Sin luz es muy complicado esperar mejoras. En septiembre, mes que sintió el inicio de los apagones, las ventas cayeron 0,7 %. Muy complicado cambiar para octubre y noviembre con todo y promociones.
Ocasionalmente al saludar con un par o más de los candidatos presidenciales y al recibir la pregunta de sobre cuál sería la ruta para un buen gobierno, la respuesta viene siendo: ¡Es el empleo! Y para graficar aún más la urgencia, destaco que desde 2012 a 2024 la población en edad de trabajar ha crecido más de dos millones y la economía no ha podido generar empleo prácticamente para nadie de ellos.
Es el empleo, esa debería ser nuestra preocupación principal. Reformar las leyes puede servir. Quizás hasta un esquema mixto. Hasta un tope sobre el salario básico con el esquema actual, pero arriba de un nivel salarial, que puedan optar por un cambio total de las reglas de juego, que al flexibilizarse alienten la contratación de los más calificados que están a punto de partir.