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Fausto Ortiz: Borra y va de nuevo

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Ojalá fuera solo como una escoba nueva que barra mejor

En lo cosmético, el 2025 mostrará crecimiento económico como resultado del rebote posterior al mal crecimiento económico del año 2024. Todos los pronósticos apuntan hacia un crecimiento sobre 1,5 % en el PIB. El que venga, tendrá siete meses para pisar el acelerador y hacer un excelente segundo semestre que compense lo lento del proceso electoral.

La banca y el mercado de valores jugarán un rol importante para dinamizar la economía. Los recursos a favor de las empresas para que mejoren procesos, reestructuren pasivos, incursionen en nuevos proyectos que requieran contratación de personal será fundamental para abandonar la falsa tranquilidad que nos da crecer únicamente al ritmo que crece la población (1,5%). Se requiere más. Se puede más.

Los mejores crecimientos de los últimos 12 años han ocurrido luego de año bisiesto, que en los últimos tres (2016, 2020 y 2024) reflejaron caída en el PIB.

Hay que conversar. Establecer límites para el desarrollo de la minería legal, de la frontera petrolera, de lo inadecuado de desperdiciar la inversión hecha en el bloque 43 del ITT.

Es necesario crecer, incluir y trabajar en conjunto con el sector privado que genera empleo para que sea una variante al combate a la inseguridad. Generar riqueza debe ser la prioridad siempre que aquello disminuya los niveles de pobreza. Mayores ingresos para el Estado por mejor recaudación de impuestos deberían orientarse a sectores prioritarios como son salud y educación que han visto ‘bypassear’ los recursos desde hace muchos años y que en el presupuesto 2025 van a reflejar cerca de $ 4.000M a la espera de ser asignados cuando la voluntad política entre en razón.

El sector externo será el de mayores cambios durante el 2025. Sin duda el enorme saldo positivo entre exportaciones e importaciones no se repetirá. Las importaciones mostrarán crecimiento en bienes de consumo, materias primas y de capital por la esperada reactivación. La exportación no petrolera deberá continuar su búsqueda de crecimiento para no sentir el lento aterrizaje de precios del cacao, que esperemos tome algunos años.

El inicio del siguiente período presidencial no da muchos grados de libertad, y es nuestro mayor seguro. Se requerirán más de $ 10.000M de deuda para atender, como en los últimos lustros, más de $ 5.000M de amortización de deuda y monto similar de déficit fiscal. Las fuentes de recursos son escasas, o son las multilaterales si siguen de a buenas con el FMI; la colocación de bonos en mercados internacionales, si se mantienen créditos con multilaterales, o los chinos si se les brinda adecuada garantía de que serán pagados sus créditos. También queda la alternativa del autoengaño que se hace el IESS al comprar bonos al Estado para que les pague hasta los gastos corrientes y por lo que queda muy agradecido el Ministerio de Finanzas, que tiene incidencia en las condiciones de financiamiento.

Se nos junta un nuevo año y un nuevo proceso electoral presidencial a menos de dos años del anterior. Normalmente la incertidumbre acompaña estos procesos. Sabemos que cambio de gobierno es refundar la República, todo lo anterior fue mal hecho, todo debe ser modificado. Es lo que hemos visto. Es un borra y va de nuevo. Ojalá fuera solo como una escoba nueva que barra mejor.