Fausto Ortiz: Gastos de relleno
El déficit fiscal esperado (codificado) es cercano a $ 5.000 millones
Al revisar los Gastos del Presupuesto General del Estado, a poco más de tres semanas de que termine el año, dentro de Gastos de Capital aparece un rubro denominado Bienes de larga duración que refleja lo que se debería gastar en el año por concepto de Propiedad, planta y equipo. Se tienen presupuestados $ 3.018 millones (M) y solo se han pagado $ 125M hasta la presente semana. Claramente este gasto está inflado y hasta la fecha no se realiza algún ajuste que refleje que no se ejecutará. Bajando un nivel de detalle en estos Activos Fijos que se presupuestaron adquirir, constan $ 1.217M de mobiliario y $1.362M de equipos médicos.
De estos valores el gasto no llega a nueve millones de dólares y con dificultad superará el 0,5 % de ejecución que lleva a la fecha. Si se preguntan por qué se presupuestan $ 2.500 millones si no se van a ejecutar, mi aproximación a la realidad es que estos dos rubros tratan de cumplir, en el papel, el incremento de medio punto del PIB que anualmente deben asignarles a Salud y Educación y no se lo ha venido haciendo hace muchos años, pero que la Asamblea ahora obliga a que conste en el Presupuesto del Estado.
Está terminando el año y a nadie en la Asamblea le ha interesado velar por el cumplimiento de la norma Constitucional relacionada con estos temas.
El déficit fiscal esperado (codificado) es cercano a $ 5.000 millones, pero por ajustes pendientes en gastos e ingresos, con seguridad debe caer.
Esos gastos de relleno encuentran financiamiento de características similares por el lado de ingresos. En Ingresos permanentes constan $ 2.248 millones bajo el nombre de Sector Privado no financiero y hasta noviembre solo se habían recibido 4.500 dólares.
Mientras escribo esta columna, actualizo la información, y los ingresos y gastos codificados los acaban de ajustar en Finanzas. De un plumazo se cae el gasto en Mobiliario en $1.000 millones y el mismo monto por el lado de Ingresos permanentes del Sector Privado no Financiero. En buen romance, el déficit fiscal lo siguen esperando sobre los $ 5.000 millones y queda pendiente, o una eliminación posterior de $ 1.500 millones que siguen en exceso entre mobiliario y equipos médicos o una reclasificación hacia los gastos en que se está incurriendo por temas de compra de equipos para generación alternativa a la hidroeléctrica.
El papel aguanta todo. Le llegó el turno de sincerar los números ahora en diciembre, que bien se lo pudo hacer varios trimestres atrás, pero seguramente se piense para qué hacerlo bien, si mal también se puede.
De aquí hasta fin de año se registrarán al apuro gastos, aunque no se paguen, lo cual incrementará los atrasos, pero es la forma de garantizar que se pueda pagar en un siguiente ejercicio presupuestario cuando se consiga deuda.
Los números van cuadrando para un resultado al final del año deficitario del orden de $ 4.500 millones, que es mucho mejor que en 2023 por la presencia de la reforma del IVA, disminución de subsidio a la extra y eco país, pero en especial por los más de $ 1.400 millones de impuestos no recurrentes, como lo fueron la remisión y contribuciones especiales, otra vez por única vez.