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Fausto Ortiz: A oscuras

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La afectación económica no será equitativa, pegará mucho más fuerte a las pequeñas empresas

Acompañado de una vela para que sea bastante más clara la realidad que nos corresponde vivir, en donde casi con seguridad la próxima semana será de mayor racionamiento empresarial y familiar, mantengo la esperanza de que no destruyan alguna instalación hidroeléctrica por trabajar bajo límites.

Esta semana compartí ante empresarios mis estimaciones de crecimiento económico para el presente año. Descarté de plano la estimación del BCE que ubica en 0,9 % el crecimiento del PIB para 2024, cuando sus banqueros y financistas meses atrás veían una economía entre 0,1 % y 0,3 % de crecimiento anual.

Mi segunda estimación para el PIB 2024 se apalanca en suponer qué afectación podría reflejar el Consumo de los hogares en el trimestre actual, suponiendo comportamientos nada extraordinarios en el resto de variables como Inversión, Exportaciones e Importaciones. El Consumo de los hogares representa el 63 % del PIB y los impactos más fuertes, alejados del inicio de la dolarización, los sintió en 2020 por la pandemia y en 2016 por el terremoto. La pandemia impactó al Consumo con más del doble que el terremoto. Iniciada la pandemia el Consumo cayó en promedio 18,5 % en dos trimestres, mientras que por el terremoto 8,5 %. La pandemia tuvo una repercusión nacional y el terremoto se focalizó con mayor énfasis en dos provincias.

Dependiendo de si los racionamientos implicaran una situación de racionamiento mucho más prolongado e intenso, los números podrán variar drásticamente. Ubicando para el cuarto trimestre de 2024 un rango de caída de crecimiento en el Consumo de -5 % a -7 %, implicaría un resultado anual del PIB que puede variar de -1 % a -1,3 % y escojo el de mayor caída como mi estimación. Acompaño una inflación de 3 % al cerrar el año. Todavía soporta una última estimación en función de la complejidad de la crisis en las semanas siguientes.

La afectación económica no será equitativa, pegará mucho más fuerte a las pequeñas empresas, a quienes se les dificulta gastar en un generador para atender a sus clientes; mientras que los de mayor tamaño, que sí pueden hacer las inversiones, recibirán sus clientes habituales y aquellos que encuentren la tienda de barrio apagada. El Gobierno debe ir hablando de medidas compensatorias que ya ha adoptado en crisis anteriores. Suavizar temporalmente las provisiones por días de cartera vencida que castigan patrimonio y limitan el crecimiento de la cartera. La opción de bajar el IVA en los meses de noviembre y diciembre puede ayudar a mover el comercio.

No hay mucha lógica en la manera de enfrentar la realidad de bajos caudales y niveles mínimos en hidroeléctricas. La sensación es que ha primado lo político más que lo técnico. Apagar 10 horas hoy puede ser mejor que 12 mañana, pero habían preferido dejarlo para luego con la esperanza de que llueva en las zonas de influencia.

Podría ser que del problema estemos viendo solo la puntita. La participación del sector empresarial en el denominado Comité de crisis podrá asegurar una mayor transparencia en las soluciones que se deban ir adoptando, aunque no necesariamente implique una sustancial diferencia con los sacrificios que se les está requiriendo en estos 15 primeros días para no presionar el déficit de generación.