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Fausto Ortiz: A los tiempos bajo 1.000

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Bueno para Ecuador sería bajar los 457 puntos que logró el presidente Moreno en sus primeros seis meses de gobierno en 2017

Hablar del riesgo país en un proceso electoral no es exactamente un aspecto que genere una expectativa de generación de votos, al contrario, podría pasar un mensaje confuso para quien busca bienestar. Esta semana el riesgo país, después de 1.324 días, se ubicó por debajo de 1.000 puntos. Cuando oímos 1.000 “puntos” debemos entender que es una forma equivalente de decir 10,00 %. El riesgo país refleja el rendimiento de nuestros bonos de deuda externa en comparación con el rendimiento del bono del tesoro americano, que es un referente de un instrumento que se lo conoce como libre de riesgo, debido a que “nunca” va a caer en no pago. Entonces, indicaría para cada país, qué tan lejos están los rendimientos de sus bonos de deuda externa en comparación con los que emite el tesoro americano.

En nuestro caso tenemos tres bonos de deuda externa con mayor peso y a partir del cual se genera la información para obtener el riesgo país. Los bonos 2030, 2035 y 2040. Se los identifica por el año en que vencen. No digo por el año en que pagan porque no somos exactamente un país reconocido como pagador y es esa una de las razones por las cuales nuestro riesgo país en los últimos tres años ha superado los 1.000 puntos.

En diciembre de 2017 el riesgo país se ubicó en 457 puntos. Es más fácil señalar 457 puntos encima del rendimiento del tesoro, que señalar 4,57 % sobre el Tesoro, porque podríamos pasar un mensaje equivocado e incidir en la ejecución de un mal cálculo.

Que nuestro riesgo país se haya ubicado en 978 puntos hace un par de días, considerando un rendimiento del tesoro de 4 %, indica que nuestros bonos, en promedio, se estuvieron negociando cerca del 14% (9,78 % + 4 %). La pregunta recibida en estos días ha sido: ¿es un buen nivel de riesgo país? Y la respuesta que seguramente desilusiona es que no es bueno, pero es mejor que el riesgo país de 2.000 puntos que tuvimos un año atrás, en los días previos al arranque del presente período presidencial. Argentina tuvo cambio presidencial semanas luego que Ecuador y Milei también tuvo un riesgo país sobre 2.000 puntos. Hoy está intentando bajar la marca de 600 puntos. Bueno para Ecuador sería bajar los 457 puntos que logró el presidente Moreno en sus primeros seis meses de gobierno en 2017.

Uno de los elementos destacables de las ventajas de disminuir el nivel de riesgo país, adicional a que el Estado pueda conseguir financiamiento más barato, es que la percepción de riesgo financiero no solo afecta al Estado, les llega también a las empresas.

¿Dónde va a llegar más inversión privada no especulativa, a un país con un rendimiento bajo y estable de sus bonos (riesgo país) o a otro, como el nuestro, con rendimiento alto y tremendamente volátil?

El país necesita con urgencia abrir nuevas puertas de financiamiento para su, artificialmente, menos abultado déficit fiscal y aún muy alto pago de amortización de deuda. Y por supuesto que ese financiamiento sea a condiciones financieras adecuadas de mayor plazo y menor tasa.

Dependiendo de qué ocurra con los ingresos petroleros en el presupuesto y la percepción de quién los vaya a administrar los siguientes cuatro años, con seguridad generará interesantes fluctuaciones en los siguientes 45 días. Busque un buen sitio para verlo.