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Fausto Ortiz | Vida después de lo fiscal

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Supongo tendremos, en el sector público o privado, algo parecido a una hoja de ruta de lo que queremos lograr en exportación

Una década de ajuste fiscal parece que es más que suficiente. En estos cerca de ocho meses de gobierno se logró un antiguo clamor internacional relacionado con la mejora de ingresos fiscales al haber aumentado el IVA del 12 al 15 % y se arrancó el proceso de eliminación del subsidio de gasolina extra. Quedó pendiente el incorporar al pago de impuesto a la renta a un mayor número de contribuyentes y se lo cambió con ser eficientes en la recaudación de retenciones con grandes contribuyentes, a los que de paso se les incrementó el porcentaje. Queda en carpeta una reforma para eliminar exoneraciones para empresas, que poco o nada les han permitido lograr objetivos de aumentar empleo y riqueza. Habrá que revisar qué se quita y qué se deja.

Dejemos el ajuste fiscal atrás, hay que enfocarse en mejorar la producción y no solo la de petróleo, sino aquella del sector privado. Hay que empezar a buscar en qué espejos vernos. Se avanzó mucho en tratados comerciales, falta lograr aquel con Estados Unidos para cubrir buena parte de nuestro comercio exterior. Debemos trabajar con lo que tenemos.

Veamos la experiencia de nuestro vecino el sur. Ha logrado hacer crecer exponencialmente sus exportaciones de aquellos llamados superalimentas (arándanos, espárragos, mangos, uvas, aguacates, granos, cereales y cacao). Desde 2001 a 2021 lograron que las exportaciones totales crezcan 9 veces, desde USD 7 mil millones a USD 63 mil millones. Nosotros exportábamos USD 5 mil millones en el 2000 y hemos visto multiplicar por seis el total de exportaciones hasta el año 2023 que alcanzaron los USD 31 mil millones.

En Perú lo hicieron posible gracias a los acuerdos comerciales, la diversificación de su oferta exportable y, entre otros, el Plan Estratégico Nacional Exportador.

Supongo tendremos, en el sector público o privado, algo parecido a una hoja de ruta de lo que queremos lograr en materia de exportación ecuatoriana. Poco se conoce, poco se ha difundido y a la final es como si no la tuviéramos.

Otro espejo bastante al norte. Costa Rica. Exportador de banano igual que nosotros, cuyo peso en la exportación es del 8 %. El banano en las exportaciones ecuatorianas representa el 12 % del total. Piña en Costa Rica tiene el mismo peso que Banano. Pero no traigo a lectura Costa Rica por su exportación agrícola, es por la diversificación de sus exportaciones, en especial el sector de equipo de precisión y médico, que representa el 42 % del total de exportaciones y en 2023 alcanzó un crecimiento del 28 % respecto al año anterior. Todavía pensamos en Costa Rica y nos acordamos de Intel, a pesar de que salió del país hace 10 años. Les movió el piso, les cambió su manera de ver la oferta exportable.

No se puede pedir a un camaronero o bananero que deje todo lo que ha avanzado y siga la ruta de exportación de productos con valor agregado. Primero porque podría querer seguir pensando en agregarle algo a lo que sabe hacer. Ese empresario debe hacer lo que sabe, que implica invertir en hacerlo mejor y ojalá pudiera pensar en diversificar en no relacionados con alguna parte de sus inversiones.

Deberíamos juntar una mañana a nuestros candidatos presidenciales y presentarles que el mundo es más que el metro cuadrado que vemos hoy. Hacemos la vaca y traemos al experto.