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Diezmos y pagantas

Avatar del Fernando Cazón

...los cargos que se consiguieron en este período legislativo, a cambio del respectivo pago, no fueron precisamente en la Legislatura sino en el Ejecutivo...’.

De acuerdo a la información que nos proporciona el Diccionario Larousse Enciclopédico, el término “palanquear” significa “usar alguien su influencia en beneficio o acomodo de otra persona”. En definitiva es un favor que se hace a terceros, que se viene aplicando desde tiempos inmemoriales, sobre todo en lo que tiene que ver con la ayuda que se le da al pariente, amigo o camarada político para introducirlo en la administración pública, consiguiéndole un cargo o un sueldo que le permita seguir viviendo tranquilamente. Sin embargo, con el pasar de los tiempos (o posiblemente siempre ha ocurrido sin que en el remoto pasado lo podamos comprobar por la falta de la tecnología virtual de la que hoy gozamos) estos favores resultan, en ciertos casos, personajes y momentos, que no son precisamente gratuitos, como deberían ser todos los favores, sino que se aplica el dicho de que “dando y dando”, es decir que el que consigue una colocación para otro le cobra al beneficiado, ya sea por una sola vez o en forma periódica, a medida que el “colocado” vaya cobrando sus mensualidades. Esta forma de “palanca y retribución” constituye un delito de consunción y a los favores cobrados se les denomina “diezmos”. Y ya van algunos casos que al respecto se han descubierto gracias a los chats de los celulares, redes sociales y otros medios virtuales, sobre todo en la Asamblea, lo que ha provocado que varios legisladores hayan sido enjuiciados por sus propios colegas y sacados de sus curules. Tales “diezmos”, descubiertos más que nada en el pasado período legislativo y, lo más extraño, que también en el actual que tiene poco tiempo de duración (en la semana pasada salieron a la luz tres casos nada menos) tienen otra situación un tanto extraña ya que los cargos que se consiguieron en este período legislativo, a cambio del respectivo pago, no fueron precisamente en la Legislatura sino en el Ejecutivo, lo que podría poner en manifiesto un acuerdo bajo mesa entre asambleístas con ministros, gerentes u otros funcionarios del régimen imperante, que se maneja con la anuencia que llega desde Carondelet. Algo tendrá que decir al respecto el presidente Lasso, que hasta ahora viene cumpliendo con éxito sus promesas de campaña, en especial en el proceso de vacunación contra la COVID-19.