Al rojo vivo
"Asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS) en sus últimas declaraciones que todavía quedan dos largas etapas de contagio".
Parece que esta pesadilla a que nos ha condenado la pandemia del COVID-19 todavía va para largo.
Y es que así lo ha asegurado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en las últimas declaraciones de su titular, el cual afirma que todavía quedan dos largas etapas de contagio.
Con base en ello y haciendo cálculos no muy optimistas, seguiremos teniendo el miedo de terminar siendo víctimas de este virus letal que nos llegó desde la China continental.
Por lo tanto, de acuerdo a los plazos así planteados, nos llevará hasta el próximo año empezar a superar esta calamitosa situación, si no es hasta el 2022.
Ante estas perspectivas tan pesimistas y debido a lo que está ocurriendo en nuestro país, la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME), la semana pasada, ateniéndose al semáforo que planteó el Gobierno, con los tres conocidos colores de las luces que regulan el tránsito vehicular y peatonal en la vía pública, resolvió, por lo visto dejándose influenciar con los plazos de la Organización Mundial de la Salud, aplicar hasta el 17 de mayo el color rojo, esto es sin alterar hasta esa fecha los rigores de la cuarentena que se ha venido aplicando hasta ahora, con un largo toque de queda, con la actividad comercial prácticamente clausurada y con el tránsito de los vehículos, taxis y colectivos incluidos, sometidos también a este control en calles y carreteras.
Y el caso es que no únicamente seguiremos con el perpetuo miedo de perder nuestras vidas o la de nuestros familiares, sino que la paralización ha provocado, a nivel no solo nacional sino también mundial, el acelerado crecimiento de la tasa de desempleo.
Así lo ha reconocido el ministro del ramo, dando a conocer que ya se habían perdido 5 mil plazas de trabajo ante los despidos masivos que se vienen llevando a cabo por la falta de ingresos que sufren las empresas como consecuencia de la paralización, pues, al finalizar la tan prolongada presencia del coronavirus, al parecer vamos a tener que vivir del préstamo y hasta de la caridad.