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Fernando Insua: Estamos en guerra

Avatar del Fernando Insua Romero

La Asamblea Nacional ha ofrecido dar indultos a militares y policías que, en uso legítimo de la fuerza

Las cosas tienen que ser nombradas por lo que son, sin eufemismos, como por ejemplo, los de algunas organizaciones de derechos humanos que defienden más a culpables que a inocentes y se fijan en el más mínimo detalle del Decreto #111 del presidente Noboa, que declara el conflicto interno y llama por su nombre a las 22 organizaciones que se han alzado en armas contra su propio pueblo. Las cosas hay que decirlas como son, sin eufemismos ideológicos y políticamente correctos para no incomodar a aquellos que se sorprenden con la verdad. Estamos en guerra y los terroristas tienen que ser neutralizados o abatidos. Mucho tiempo se aplazó esta situación, mucho tiempo se intentó engañar a la población con ‘shows’ de seguridad que en realidad no lograban nada. Las cosas se han precipitado y es momento de estar del lado de la institucionalidad; con errores y virtudes, el presidente es el representante del Estado legítimo. En este estado de cosas, no hay que hacerle el juego a quienes por medio de argucias legales, amenazas o deliberados ataques, como lo que sufrió TC Televisión, pretendan silenciar a la prensa. Este Diario ya ha sufrido eso y hay que estar como bloque defendiendo la legalidad del Estado frente a un enemigo que nos quiere ver de rodillas.

La Asamblea Nacional ha ofrecido dar indultos a militares y policías que, en uso legítimo de la fuerza, den de baja a los criminales y terroristas que están imponiendo la ley del miedo en amplias zonas del país. Además, no obstaculizarán las funciones de ninguna autoridad pública durante este conflicto. No importa si son correístas, socialcristianos, de Construye o de alguna otra organización; era la Asamblea del Ecuador pronunciándose sin divisiones. Eso es lo que se espera en un país que está contra las cuerdas. Muchos momentos difíciles están por venir, muchas traiciones están por ocurrir y faltan aún más lagrimas, pero hay que hacer un puño contra el miedo si lo que queremos es conservar nuestro hogar.

Dios bendiga a quienes están en primera línea defendiendo la legalidad y la paz, y Dios bendiga el pulso de sus manos.