Fernando Insua: Ideología de la revancha

Hoy algunos intentan disfrazar el resultado electoral como una conspiración de la ultraderecha
El domingo dejó asombrado a un país exhausto, tras más de año y medio de campaña. Cansado, dividido, Ecuador intenta recuperar la calma. ¿Pero qué ocurre cuando, para una facción del bando perdedor, aceptar la derrota no es una opción sino punto de partida para construir una ideología de revancha? Aunque autoridades vinculadas a la RC reconocieron los resultados en un acto cívico y de acuerdo con observadores internacionales, una parte radicalizada no parece dispuesta a respetar el veredicto de las urnas, la institución más sagrada de la democracia. Buscan cuestionarlo con apoyo de los aliados más estrambóticos de la región: Maduro, Ortega y Sheinbaum. Esta al menos fue democráticamente electa y tiene un sistema electoral legítimo que la respalda, pero que Ortega y Maduro hablen de elecciones libres es un mal chiste.
La RC tenía opciones claras de triunfo, pero perdió con una diferencia inédita desde que Correa dejó el poder. Las razones no faltan: desde voces internas que revivieron el fantasma del ‘ecuadólar’ -lo cual rozó el sabotaje interno-, hasta un desastroso en vivo donde una asesora instruyó a la candidata sobre un decreto venezolano, tan inoportunamente, que provocó el enfado de González. A eso se suman propuestas mal explicadas como los ‘gestores de paz’, que generaron más miedo que confianza; los audios comprometedores de la Liga Azul y una saturación de publicidad en redes con acusación de narcotráfico al presidente que terminaron por recordarle al electorado las propias sombras que arrastra la RC.
Hoy algunos intentan disfrazar el resultado electoral como una conspiración de la ultraderecha. Pero no: no es que votar por Noboa sea fascismo; es que para ellos respirar ya es una conducta ultraderechista. Simplemente fue una campaña mal conducida, plagada de errores y mensajes contradictorios. Visitar dictaduras para buscar respaldo no salvará una causa perdida, obstaculizar al gobierno desde la Asamblea no redimirá una derrota. Toca mirar hacia adentro, como ya lo han hecho algunos en la RC, y reconstruir desde el aprendizaje. Porque si un presidente con apagones, crisis interna y desgaste político les ganó en las urnas, debe ser por algo.