Premium

Fernando Insua: Un libertario se cruza con un oso

Avatar del Fernando Insua Romero

Algunos habitantes creyeron conveniente darles su comida, volviéndolos adictos al azúcar

El pensamiento libertario vuelve a ser motivo de discusión gracias al presidente de Argentina, Javier Milei, y su polémico ‘experimento’. En Ecuador ya tuvimos una experiencia cercana e incómoda con esta ideología, ya que al principio, Lasso o al menos su círculo ‘ad honorem’ se definían como libertarios o profesaban enorme influencia de esta corriente de pensamiento social y económico. Sin embargo, su presidencia pasó de ser el potencial ‘sueño libertario’ a una ‘narcopesadilla’.

En la década del 40 del siglo pasado, Leonard Read se definió como libertario para separarse del concepto de liberalismo clásico, que tiene en el centro de su reflexión las ideas de libre mercado; aunque se ha llegado a catalogar al libertarismo como una versión del liberalismo manchesteriano que se acerca a un tipo de ‘anarquismo de derecha’. Es parte de la historia humana migrar de pensamientos, experimentar ideologías y seguirlas, a veces fanáticamente, buscando la sociedad perfecta. Uno de estos experimentos es recogido en el libro Un libertario se encuentra con un oso, en el cual el periodista Matthew Hongoltz-Hetling narra la desastrosa experiencia de un gobierno libertario en Grafton, un diminuto pueblo rural en EE. UU. en el que el sueño de un gobierno sin Estado se transformó en pesadilla. 

En 2009 arrancó el Proyecto Ciudad Libre de Grafton y terminó en 2016 debido al problema concreto de cómo financiar y gestionar el orden y la infraestructura de una comunidad cuyos miembros se oponían a la existencia del Estado y al cobro de impuestos, sumado al porte de armas descontrolado y abuso de drogas. Gracias a la deficiente recolección de basura y al irrespeto de las leyes forestales, los osos empezaron a acercarse. Algunos habitantes creyeron conveniente darles su comida, volviéndolos adictos al azúcar y aumentando las incursiones de estos en la ciudad. Ello y el desastre demográfico (las mujeres y las minorías dejaron el pueblo casi en su totalidad) causaron el fin de este ‘sueño’ en 2016, dejando Grafton en ruinas e intentando reponerse del experimento de aquellos que creyeron ser mejores que los demás, pensando que el egoísmo y la desigualdad son ‘políticas de Estado’.