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Fernando Insua: Una novela en Tel Aviv

Avatar del Fernando Insua Romero

Ecuador tiene y ha tenido verdaderos diplomáticos peritos en el tema

La recién nombrada ministra de la Mujer, según medios de prensa, lanzó una burla fuera de lugar contra la vicepresidenta de la República por su dudoso y rocambolesco cargo de ser la “Colaboradora para la paz y precautelar el escalamiento de la conflictividad entre Israel y Palestina”. La ministra de la Mujer usó como referencia la canción burlesca de origen árabe llevada por los cruzados a Europa y adaptada tiempo después para aludir a la supuesta muerte en batalla del duque de Marlborough: “Mambrú se fue a la guerra”.

Queda la duda abierta si la ahora ministra, mujer con talento político y cuyo cargo me parece bien otorgado, emitió esta irresponsable burla antes de saber si iba a ser o no ministra (aunque puedo comprenderla dado que si la vicepresidenta fuera quien mandara eliminaría esa cartera ministerial sin dudas). Si lo hizo sabiendo sobre su nombramiento fue entonces completamente desatinado, pues no solo se burla de la, quieran o no, segunda en la sucesión del mando y electa por votación popular, sino que también toma a la ligera un conflicto que ha costado miles de vidas. Sin embargo, este es solo un capítulo de toda una novela de un gobierno que lleva apenas unos días en el poder.

La vicepresidenta Abad no se queda atrás y en un acto profundamente contradictorio le responde al presidente Noboa, calificando su nombramiento como violencia de género por parte del primer mandatario, en un video en el Día de la Violencia contra la Mujer. Irónico, viniendo de una figura que consideraba que las feministas se inventaron la violencia de género para ganar dinero, entre otras perlas más.

Creo que es valioso que el Ecuador se comprometa por la paz, pero para eso están los diplomáticos experimentados, no políticos condenados al ostracismo. Ecuador tiene y ha tenido verdaderos diplomáticos peritos en el tema, como Ivonne Baki o el difunto Diego Cordovez, quien negoció con éxito los acuerdos que permitieron que la desaparecida Unión Soviética retirara a sus tropas de Afganistán en 1988. Ecuador debe ganar su lugar en el juego diplomático de las naciones, pero no a costa de una novela improvisada de mal gusto.