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Fernando Insua Romero | Retirada escalonada

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Sería interesante ver, en nuestro liderazgo, no solo discursos y promesas de triunfo, sino victorias reales

Erich von Manstein, mariscal alemán de la II Guerra Mundial, afirmaba que “la retirada no es el fin de la batalla, sino una herramienta en la guerra,” y defendía esta estrategia como forma de preservar la fuerza de combate para reorganizarse y resistir tácticamente. La retirada escalonada de Von Manstein no buscaba una victoria inmediata, sino transformar un repliegue en una serie de contraofensivas organizadas. Para él, retroceder significaba causar desgaste controlado en el enemigo y generar espacios de oportunidad en situaciones de desventaja extrema. Este planteamiento contrasta con la imagen típica de una ofensiva avasalladora como símbolo de éxito militar. La táctica de Von Manstein revela que una de las maniobras militares más efectivas de la II Guerra Mundial no fue avanzar, sino retroceder con precisión y control. Con cada paso atrás, sus fuerzas se reorganizaban para atacar al enemigo en sus momentos de vulnerabilidad. Así, Von Manstein logró convertir una retirada, vista por muchos como fracaso, en una poderosa táctica defensiva. Su método muestra cómo en el arte militar -y en la vida- un aparente retroceso puede transformarse en oportunidad para reagruparse, reorganizarse y eventualmente, fortalecer la posición frente a la adversidad. La historia tiende a repetirse y ciertos aspectos de ella pueden aplicarse a otras situaciones. Si para algo debemos estar preparados, más que para la ‘victoria’, es para administrar un repliegue o fracaso. Churchill convirtió la retirada de Dunkerque en un símbolo de resistencia y victoria.

Sería interesante ver, en nuestro liderazgo, no solo discursos y promesas de triunfo, sino victorias reales que surjan de saber administrar circunstancias difíciles. Nos hemos acostumbrado a que nos doren la píldora, y caemos en el círculo vicioso de ‘mi líder miente y yo me miento a mí mismo creyéndole’. Lo mejor sería conocer la situación real de las cosas, administrar la carencia y convertirla en causa, creando puntos de quiebre en la historia. Algunas naciones se han levantado de las ruinas en ocho años, como Japón bajo la administración de MacArthur. Nosotros llevamos ocho años justificando nuestros fracasos con las mismas excusas.