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La desorientación de Pachakutik

Avatar del Fernando Insua Romero

Es evidente la diferencia notable entre las sabias palabras del inca y las de algunos miembros de Pachakutik

Sin pretender idealizar los reinos e imperios indígenas que gobernaron el actual Ecuador, es importante destacar que, como en todas las sociedades humanas, existieron desigualdades, abusos de poder y privilegios desmedidos de castas de nobles y gobernantes inamovibles. Sin embargo, hubo líderes justos y sabios que supieron manejar y guiar con rectitud, como el inca Titu Cusi Yupanqui, quien gobernó el reino inca de Vilcabamba. En 1566 firmó un tratado de entendimiento con las autoridades españolas, quienes recopilaron su discurso de aquella reunión en La instrucción del inca Yupanqui. En una de sus líneas dictó: “La virtud no consiste en hacer cosas excepcionales, sino en hacer bien las cosas cotidianas y en seguir siempre el camino de la honestidad y la rectitud”.

Es evidente la diferencia notable entre las sabias palabras del inca y las de algunos miembros de Pachakutik, como el “roben bien”, afirmaciones como la del alcalde de Pindal, que asegura que la ley permite llevarse el 25 % o 30 % de comisión de la contratación pública para su bolsillo, o la subcoordinadora nacional de Pachakutik, quien no quiere “pasar cafés”, pero aspira a tener al menos un ministerio como medida de chantaje al Gobierno. Todas estas confesiones graves han tenido sanciones leves por parte de la organización, lo cual no debería sorprendernos ya que la justicia indígena parece ser para los más pobres, quienes sí son ajusticiados, pero no para sus dirigentes, quienes tienen derecho a defenderse y, en la mayoría de los casos, salen impunes.

Pese a los desesperados intentos de Pachakutik, brazo político de la Conaie, por dar una imagen de unidad o desmentir en comunicados que “no están divididos’’, basta con observar el caos de la última elección para coordinador nacional del movimiento realizada entre acusaciones de adulterar registros electorales, amenazas, intromisiones y violaciones al proceso electoral, sumado al comportamiento de algunos de sus asambleístas para tener claro que el ‘Ama quilla, ama llulla, ama shua’ (no robes, no mientas, no seas ocioso) se está convirtiendo en letra muerta en un partido que ha perdido el rumbo democrático y la vara moral de sus y nuestros ancestros.