Premium

Liminalidades

Avatar del Fernando Insua Romero

La liminalidad está relacionada con la vida en comunidad

No pretendo afirmar que el nuevo año será maravilloso, que todos seremos felices y que el país estará marchando como una locomotora, que seremos el jardín floreciente de Sudamérica solo por el hecho de que un calendario, uno de los muchos que hay en el mundo, marcan el fin de un año y el comienzo de otro.

Pero si hay algo que tienen de maravilloso estas fechas es que al acercarse la Nochevieja existe un sentimiento común que sin importar las diferencias es percibido por la inmensa mayoría de la población, indistinto de la clase económica, género, ideología, edad y punto geográfico o urbano en el cual se viva: ese sentimiento es la esperanza. Tenemos esperanza porque decidimos tenerla, es nuestro derecho natural el sentir que merecemos que el sol nos alumbre con más fuerza que antes, que el destino nos bendiga con su gracia. Esta sensación colectiva de sentir alegría y esperanza en un momento de transición entre lo viejo y lo nuevo, para un folclorista o etnógrafo sería llamado “estado de liminalidad”.

La liminalidad está relacionada con la vida en comunidad, puesto que se trata de una manifestación antiestructural y antijerárquica de la sociedad; es decir, un comportamiento colectivo que rompe cualquier división social en pos de vivir una comunión espiritual. En ese estado de pasar de una situación a otra, todo lo que nos divide queda suspendido por ese sentimiento común y generalizado, que en este caso es la esperanza. Pero también vivimos estados de liminalidad cuando celebramos un campeonato o un logro olímpico, cuando el país se une ante un enemigo externo o cuando la indignación inunda las calles y ciudadanos y ciudadanas protestan codo a codo juntos ante algo que nos afecta.

Así que mi deseo para este año no es mágico, es un deseo más humilde pero más humano; más poderoso y real: el que no perdamos la esperanza, que tengamos más tiempos de liminalidad celebrando logros y teniendo más sentimientos en común, que lo que nos divida sea menos que lo que nos une. ¡Feliz año, Ecuador!