El Titán y el pueblo
Pueblo no es un concepto socioeconómico, no se trata del dinero en el bolsillo
Caminando como todos los días al salir de la radio, rumbo a alguna cafetería para ordenar las ideas, escucho a alguien bromear de manera bastante efusiva sobre el tema de moda: la implosión del submarino Titán y la muerte instantánea de sus cinco ocupantes. Las bromas se repetían hasta que uno de los del grupo le increpó que no continuara haciéndolas. Nuestro personaje respondió: “ellos no eran del pueblo, eran millonarios los que murieron”, como si eso fuera motivo para merecer la muerte.
¿Cómo podemos construir un país si nos han deformado de manera demagógica el concepto de pueblo? Pueblo es esto y no aquello. Pueblo somos nosotros y no ellos, o ellos también son del ‘pueblo’, así que no merecen ser tomados en serio. Sea cual sea el sentido socioeconómico que se le dé a la palabra pueblo, esta ha sido usada como instrumento demagógico de división social e incluso de manera despectiva. No se habla de pueblo como concepto de nación, sino como referencia a una masa, a los ‘chiros’, para marcar el antagonismo entre los que tienen y los que no.
Pueblo no es un concepto socioeconómico, no se trata del dinero en el bolsillo. No se necesita siquiera haber nacido en el mismo suelo, porque pueblo somos todos los que habitamos Ecuador. Usar de otra manera el concepto, para excluir, es demagógico. Por ejemplo, cuando se utiliza desde el discurso político diciendo que van a hablar como el pueblo o para el pueblo, pero terminan haciendo una ridícula y grotesca caricatura de la forma de hablar de gran parte de nuestros ciudadanos. O cuando, en nombre del pueblo, se fomenta el odio entre sectores y el deseo de hacer daño.
Podemos tomar como ejemplo al pueblo alemán , el nombre de Alemania en alemán, que es ‘Deutschland’ o tierra del pueblo, y la palabra ‘volk’, que significa pueblo. En el contexto actual se entiende generalmente como una comunidad pluralista y multicultural, donde la ciudadanía alemana se basa en el principio de igualdad y respeto por los derechos humanos, comprendiendo entonces que pueblo somos todos y no se construye una nación ni se logran metas en conjunto basándonos en la exclusión.