Florencio Compte | Sin apoyo y sin infraestructura
En muchos casos, los ofrecimientos de recompensas económicas y de viviendas para estos deportistas han quedado en el olvido
Hay algo común entre los medallistas olímpicos y deportistas de alto rendimiento de nuestro país: provienen de familias humildes y trabajadoras, para quienes el deporte es una salida para su situación económica. Hay otro tema que los une: han podido llegar a lo más alto del deporte mundial luego de dejar a sus familias, los duros entrenamientos y los altos costos que esto significa, no gracias al apoyo del Estado y, en muchos casos, ni siquiera de las federaciones respectivas, sino, a pesar de ellos.
La medallista olímpica de marcha Glenda Morejón lo dice claramente: “No podemos seguir con temas de falta de apoyo o de infraestructura. Por ejemplo, a nosotros nos toca salir al extranjero a realizar campamentos, porque aquí no tenemos un Centro de Alto Rendimiento bueno para quedarnos. Ojo: en Ecuador tenemos todo, altura y llano para poder prepararnos, pero por la poca o casi nula infraestructura no podemos quedarnos aquí (…) a mí me da mucha pena haberme tenido que preparar en estas circunstancias, pese a ello hemos conseguido cosas muy importantes para el país (…) a pesar de no tener la infraestructura y el apoyo adecuado, conseguimos bastante. (…) hemos demostrado que no solo los deportistas sino todos los ecuatorianos estamos hechos de mucha resiliencia, fortaleza y perseverancia...”.
En muchos casos, los ofrecimientos de recompensas económicas y de viviendas para estos deportistas han quedado en el olvido y, a pesar de las evidentes fortalezas en deportes como la halterofilia, el ciclismo, la lucha, la marcha y otras disciplinas, poco o nada ha cambiado en inversión en infraestructura deportiva ni en un plan factible de apoyo y desarrollo del deporte desde las escuelas y los colegios.
Es contundente el triunfo alcanzado por nuestros deportistas que han permitido que el Ecuador ocupe un puesto importante en los últimos juegos olímpicos. En cuatro años llegan los de Los Ángeles y queda siempre la pregunta: ¿qué hará el Ministerio del Deporte? Es algo que debe ser respondido a los deportistas que han sentido su ausencia, y a todo el país.