Premium

Florencio Compte: Un deslucido 9 de Octubre

Avatar del Florencio Compte

Guayaquil celebró el bicentenario de manera deslucida, tanto por la pandemia como por la corta visión que  se tenía sobre planificación

El 16 de octubre de 1915 mediante Decreto Legislativo se declaró al 9 de Octubre de 1820, día de la Independencia de Guayaquil, como fiesta nacional y se decidió que debía conmemorarse su primer centenario. Entre los considerandos para tal declaración, el Congreso del Ecuador indicaba: “Que es un deber patriótico conmemorar dignamente los acontecimientos que han tenido decisiva influencia en la Emancipación de los pueblos constituidos en Naciones Libres; Que la revolución operada en Guayaquil el 9 de Octubre de 1820, no sólo aseguró la Independencia de las secciones que componía la antigua Real Audiencia de Quito, sino que contribuyó poderosamente para la de otras del Continente Americano; Que la jornada de Octubre, coronada en Pichincha el 24 de Mayo de 1822, es gloria Nacional, porque afianzó la gran obra de la Independencia Ecuatoriana; y, Que el Primer centenario del 9 de Octubre de 1820 debe ser celebrado en armonía con la importancia de la transformación política efectuada en aquella fecha y de conformidad con la dignidad Nacional”.

Desde el cabildo guayaquileño se estableció que para la celebración del primer centenario de la independencia debía orientarse la obra pública hacia el saneamiento, el embellecimiento y el ornato, para lo cual se encargó a los ingenieros Luis Alberto Carbo Noboa y Francisco Manrique el desarrollo de un proyecto de reforma urbana orientado a acabar con la imagen de ciudad colonial y que se diera paso a una ciudad moderna. Algunas de las propuestas se concretaron, como la de la Plaza del Centenario, inaugurada el 9 de octubre de 1920. Cien años más tarde, Guayaquil celebró el bicentenario de manera deslucida, tanto por la pandemia del COVID-19 como por la corta visión que desde la Municipalidad se tenía sobre la planificación de la ciudad.

Hoy, las preocupaciones sobre la inseguridad, la falta de empleo, la ausencia de obra pública, la incapacidad del gobierno y, en general, un futuro incierto para el país, vuelven a deslucir la celebración de lo que fue el inicio de la independencia y creación de la patria.