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Florencio Compte: Del dicho al hecho…

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El Ecuador sigue esperando que el propio presidente salga a dar la cara y diga claramente qué se está haciendo ante la crisis

El artículo 97 del Código de la Democracia establece que todos los candidatos deben presentar un plan de trabajo con el diagnóstico de la situación actual, objetivos y propuestas. El plan presentado por el binomio Noboa-Abad para el período 2024-2025 establecía las siguientes estrategias para el sector eléctrico del país: 1. Aumentar la cobertura de energía en zonas rurales. 2. Mejorar las pérdidas de energía con la contratación de medidores inteligentes. 3. Ejecutar de manera eficiente la gestión del sector eléctrico. 4. Implementar un desarrollo energético sostenible, transformar la matriz energética mediante la construcción de ocho grandes proyectos hidroeléctricos. 5. “Fortalecer las normativas sobre las energías renovables en el Ecuador a fin de establecer los requisitos básicos y las condiciones preferentes para la producción de este tipo de energías no convencionales”.

Sobre el mismo tema, en el debate presidencial del 2023, el entonces candidato Daniel Noboa afirmaba que el problema eléctrico no era de generación sino de transmisión, por lo que había que invertir en ello, con la finalidad de que el costo de ‘kilowatts’ bajara y que en los primeros nueve meses de su gobierno la situación energética quedaría resuelta.

En el Plan de Desarrollo para el Nuevo Ecuador 2024-2025 presentado por el Consejo Nacional de Planificación se indicaba como política de gobierno “Garantizar la sostenibilidad en el continuo abastecimiento de energía eléctrica en el Ecuador, con el aprovechamiento óptimo de los recursos naturales con los que cuenta el país; y, propender el uso racional y eficiente de la energía eléctrica por parte de los consumidores”.

Hoy la situación energética del país es crítica y, posiblemente, se irá agravando en las siguientes semanas.

De lo planificado y prometido nada se ha hecho hasta ahora y, más allá de las continuas declaraciones erráticas y contradictorias de funcionarios gubernamentales, aún el Ecuador sigue esperando que el propio presidente salga a dar la cara y diga claramente qué se está haciendo ante esta crisis.