Florencio Compte | La eclosión de la serpiente
...la serpiente seguía creciendo y ganando poder, y los ecuatorianos seguíamos creyendo que aquí nunca habría atentados
Al comienzo, a través del cascarón transparente, se podía advertir una pequeña e insignificante serpiente que se iba desarrollando y a la que, difícilmente, alguien hubiera pensado en destruir. Mientras eso sucedía, se nos hizo creer que los grupos delincuenciales que existían eran solo “una hermandad”, casi como boy scouts, con los que había que pactar y darles personería jurídica. De esta manera, estos grupos fueron escalando posiciones, incorporando a sus filas a miles de marginados a los que el país les ha negado una oportunidad para ser alguien en la vida. Así, siguieron reforzando sus vínculos con el sistema político, policial y judicial, llegando incluso a tener asambleístas, autoridades y a controlar jueces y fiscales. Mientras tanto, la serpiente seguía creciendo y ganando poder, y los ecuatorianos seguíamos creyendo que aquí nunca habría atentados, ni sicariatos, ni coches bomba, ni nada semejante a lo que había sucedido en Colombia años atrás. Ni el secuestro y asesinato del equipo periodístico de diario El Comercio, el 27 de enero de 2018, hizo que reaccionara un gobierno indolente.
La serpiente siguió tomando forma y siguió siendo alimentada en los 900 días siguientes por un gobierno presidido por quien nuca entendió ni le interesó la realidad del país, que permitió que estos grupos siguieran estableciendo lazos con los carteles y mafias internacionales, lo cual llevó a que el año 2023 fuera el más violento de nuestra historia y que nos convirtiéramos en el país más peligroso de la región.
Al final, este año, la serpiente salió de su cascarón, con todo el poder que había acumulado y desató una ola de terror con crímenes, asaltos y atentados nunca antes vistos. La reacción del gobierno ha sido, por fin, inmediata, declarando la situación como un conflicto armado interno y nombrando a estos grupos como son: narcoterroristas, y solicitando que, en ese sentido, se les aplique la ley. Sin embargo, aún habrá que esperar algún tiempo para ver los resultados de esa decisión y, sobre todo, cuál será el costo social, político y económico que tendrá.