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Florencio Compte | Grillos y borregos

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Lo que sí hay es una simbiosis perversa entre los grillos y los borregos

Empezó la campaña electoral y se dio inicio a la relación simbiótica entre los grillos y los borregos. No me estoy refiriendo en este artículo ni al “insecto ortóptero saltador” ni al “cordero de uno a dos años”. En el contexto de las elecciones ecuatorianas me refiero a la acepción que le dan en México a un grillo, definido como la “persona que se dedica a la murmuración y a la calumnia en ciertos círculos políticos, empresariales o estudiantiles con el fin de sacar ventaja frente a sus oponentes”. (Diccionario de Americanismos), o como lo precisa Saúl Alvídrez: “…aquellas personas a quienes (consciente o inconscientemente) les atrae el poder político solo por vanidad e interés personal, esos individuos que no tienen otra causa que ellos mismos y se ven fácilmente seducidos por la idea de servirse y no por la de servir”. (2023). Adicionalmente, tenemos claro que los grillos que aparecen a los inicios de la temporada de lluvias en la costa se convierten en una plaga muy mal recibida por los habitantes.

Respecto a los borregos, el diccionario de la RAE aclara que el término se refiere, también, a la “persona que se somete gregaria o dócilmente a la voluntad ajena”. Dicho esto, vale la pena hacer otra aclaración: ni todos los candidatos son grillos ni todos los electores son borregos.

Lo que sí hay es una simbiosis perversa entre los grillos y los borregos. Los primeros, no pueden sobrevivir sin el apoyo (votos) de los segundos, mientras que los segundos se dejan seducir por los primeros. Ya lo advirtió Mary Shelley en su famosa obra Frankenstein: “El lobo se vestía con piel de cordero y el rebaño consentía el engaño”. Al final, y lamentablemente, la campaña electoral se está reduciendo a eso. A pocos les interesa el plan de trabajo de un candidato (sea para el cargo que esté aspirando), ni siquiera las propuestas que haga. Se votará, no a favor de alguien, sino en contra del otro. No importa a quien me esté refiriendo o en qué lado del espectro electoral esté ubicado. Hay una polarización tal que el rebaño decidirá y los grillos de siempre alcanzarán el poder.