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Guayaquil utópica

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Es ahí donde se plasma la crítica frente a la realidad, se imagina el cambio social y se concreta el deseo de tener un lugar ideal para vivir mejor, donde se contraste el pasado con el futuro’.

El lugar central de la utopía es la ciudad. Es ahí donde se plasma la crítica frente a la realidad, se imagina el cambio social y se concreta el deseo de tener un lugar ideal para vivir mejor, donde se contraste el pasado con el futuro.

En Guayaquil se ha replanteado cada cierto tiempo su desarrollo, experimentando modelos urbanos y repensado qué se entiende por modernización. Diversos proyectos en esa línea se presentaron a inicios del siglo XX, como el del túnel que atravesaba el cerro Santa Ana o el Nuevo Malecón, presentado por Germán Lince en 1896 y nuevamente en 1906.

Junto con estas propuestas se presentaron otras de transformación radical donde prevalecían los aspectos higiénicos y estéticos y que se orientaban a una verdadera refundación que permitiera superar los problemas que se arrastraban desde la fundación hispana. Estos fueron la propuesta de la New Guayaquil en 1906 y el Proyecto de Reforma de la Junta Patriótica para la celebración del Centenario del Nueve de Octubre, entre 1915 y 1918.

La New Guayaquil surgió de un concurso internacional orientado a levantar una nueva ciudad en la orilla opuesta de la ubicación histórica, sobre la actual población de Durán. El premio lo obtuvo el francés André Bérard, quien proponía una ciudad con amplios bulevares, calles en diagonal con remates con monumentos conmemorativos, en la línea del urbanismo francés del siglo XIX, sustentado en la funcionalidad vial, el higienismo y la estética urbana.

El proyecto de la Junta Patriótica del Centenario fue desarrollado por Luis Alberto Carbo Noboa y Francisco Manrique, y se orientaba a dejar de lado la imagen colonial e ir hacia una ciudad moderna a través de una propuesta neoclásica con el desarrollo de espacios urbanos planificados e incluyentes. La implementación de este proyecto fue parcial, sin embargo, sí se concretaron algunas de las propuestas, como la Plaza del Centenario, inaugurada el 9 de octubre de 1920 y el bulevar Nueve de Octubre.

Hoy en día, ¿no haría falta añadir nuevamente un poco de utopía a la visión del Guayaquil del futuro?