Florencio Compte Guerrero | 100 años de un vuelo histórico
...fue el primero que atravesó la Cordillera de Los Andes con la finalidad de llevar el correo desde Guayaquil hacia Quito
En noviembre de 1912 en una pista de aviación improvisada ubicada en el hipódromo Jockey Club, actual barrio del Centenario, se realizó el primer despegue y aterrizaje de un avión en la ciudad de Guayaquil por el aviador chileno Eduardo Molina Lavín.
Un año más tarde, el 8 de octubre de 1913, y desde ese mismo campo de aviación, se realizó el primer vuelo piloteado por el capitán italiano Cosme Renella en el monoplano Patria I, fabricado por la empresa italiana Torinese Velivoli Chiribiri. En 1915, Clodomiro Figueroa, pionero de la aviación de Chile, realizó varios vuelos que salieron de esa misma pista como parte de los eventos del Primer Congreso Médico Ecuatoriano realizado en esta ciudad.
El 4 de noviembre de 1920 desde esa pista despegó el avión monoplaza tipo caza, El Telégrafo I, comprado por José Abel Castillo, piloteado por el italiano Elia Liut, quien llevó el correo desde Guayaquil hasta Cuenca, en un vuelo que tuvo una duración de una hora y 55 minutos.
En las décadas de 1920 y 1930, con el aumento de los viajes aéreos comerciales, se construyeron varios aeropuertos en diferentes partes del mundo para satisfacer la creciente demanda. Guayaquil vio también esta necesidad. Fue así como en 1921 se inauguró el Campo de Aviación Nacional El Cóndor, ubicado en Eloy Alfaro (Durán), donde se construyó el primer hangar y funcionó la primera escuela de aviación del país.
Desde este campo, el 27 de octubre de 1924 se realizó un vuelo histórico, ya que fue el primero que atravesó la cordillera de Los Andes -a una altura de 4.800 metros- con la finalidad de llevar el correo desde Guayaquil hacia Quito, que hasta el momento se realizaba por tren. Este vuelo fue piloteado por el aviador italiano sargento piloto Attilio Canzini, quien había participado en la Primera Guerra Mundial desde marzo de 1917 como piloto en el 131º Escuadrón y piloto instructor al final del conflicto, y tuvo una duración de dos horas y ocho minutos, en un avión biplano italiano Ansaldo SVA 5, diseñado originalmente como bombardero de reconocimiento o como caza de escolta.