Florencio Compte Guerrero: Trump vs. Harvard

Sitúa a la Universidad de Harvard en el cuarto lugar mundial, solo detrás del Massachussets Institute of Technology
El presidente Donald Trump declaró que la Universidad de Harvard era “un chiste”, añadiendo que “ni siquiera puede considerarse un lugar decente de aprendizaje y no debería figurar en ninguna lista de mejores universidades del mundo”, ya que “recluta izquierdistas radicales, idiotas y cabezas de chorlito”. Anunció que congelaría 2.000 millones de dólares de fondos federales para esa universidad y que pediría que perdiera la exención fiscal, además de quitarle 60 millones de dólares en contratos.
En respuesta, el presidente de Harvard, Alan Garber, afirmó que la universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales amparados por la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresión y que “Si bien algunas de las demandas presentadas por el gobierno tienen como objetivo combatir el antisemitismo, la mayoría representan una regulación gubernamental directa de las condiciones intelectuales en Harvard”.
El ranking QS que ubica a las universidades del mundo por indicadores como reputación académica, producción científica, empleabilidad de sus graduados, sostenibilidad, entre otros, sitúa a la Universidad de Harvard en el cuarto lugar mundial, solo detrás del Massachussets Institute of Technology, el Imperial College London y la Universidad de Oxford.
De esta universidad, fundada en 1636, han salido 161 premios Nobel (la universidad número uno en ese galardón) en áreas como Física, Química, Medicina, Literatura. Ocho expresidentes de ese país salieron de sus aulas (John Adams, John Quincy Adams, Rutherford B. Hayes, John F. Kennedy, Franklin Delano Roosevelt, Theodore Roosevelt, George W. Bush y Barack Obama); algunos republicanos. Exalumnos de esa universidad han obtenido 10 premios Óscar y 110 medallas olímpicas, incluidas 46 de oro.
En el año 1936 ante el grito de “mueran los intelectuales”, Miguel de Unamuno respondió: “Vencer no es convencer y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión; el odio a la inteligencia que es crítica y diferenciadora, inquisitiva, mas no de inquisición”.