Florencio Compte | ¿La Libertad Avanza?
¿Puede haber libertad cuando se quiere imponer una hegemonía libertaria?
Hace un año Javier Milei llegó al poder en Argentina con un discurso libertario y anarcocapitalista. Más allá de la polémica que despierta su imagen, la pregunta sigue siendo: ¿quién es Milei y cuál es su concepto de libertad al que tanto alude?
Su plan de gobierno se orienta a una refundación libertaria de Argentina -único país del mundo donde esto se está aplicando- sustentado en tres grandes ejes: el eje económico, con la liberalización de los mercados y el achicamiento extremo del Estado, ya que, según Milei, “donde antes padecíamos la opresión del Estado, hoy ha vuelto a imperar la libertad” y que “cuanto más chico el Estado, más grande la Libertad”; el eje político, contraponiendo el “bien de los libertarios” contra la vieja casta representada, según él, por los “zurdos”; y, el eje cultural, contra la imposición de las ideas en materia de género, salud, medio ambiente, derechos humanos, aborto, etc., tal como indica Milei: “No vamos a parar hasta que las pantallas, las universidades, las instituciones y las leyes reflejen los valores de Occidente.”
¿Puede haber libertad cuando se quiere imponer una hegemonía libertaria?
Uno de los referentes de Milei es el economista y pensador norteamericano Murray Newton Rothbard (1926-1995), perteneciente a la escuela austriaca de economía, además de teórico de la vertiente de derecha del movimiento libertario estadounidense y del anarcocapitalismo.
Rothbard sostenía que todos los servicios prestados por el Estado podían ser proporcionados de forma más eficiente por el sector privado. En lo social, se opuso al movimiento por los derechos civiles, promovió el revisionismo histórico y cuestionó el Holocausto (a pesar de su origen judío). En su Manifiesto Libertario (1973) escribió: “El libertario defiende con firmeza lo que se conoce como libertades civiles: libertad de expresarse, de publicar, de reunirse y de involucrarse en crímenes sin víctimas”, tales como la pornografía, la desviación sexual y la prostitución”. En esta propuesta de libertad extrema, curiosamente, Milei estaría en desacuerdo.