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Florencio Compte: Necesitamos más espacios públicos

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Una ciudad debe contar con la mayor cantidad de áreas verdes posibles, que sean útiles, cercanas y accesibles

Aunque históricamente las ciudades nacieron y crecieron en función de sus habitantes, la visión contemporánea de desarrollo urbano ha privilegiado la creación de espacios para los automóviles y no para los ciudadanos, arruinando la habitabilidad de las urbes y afectando el comportamiento humano.

La idea de tener ciudades más humanas pasa por contar con más espacios públicos y un óptimo sistema de transporte que invite a recorrerlos, con el fin de que se generen más interacciones entre los ciudadanos.

Un buen espacio público debe ser abierto y democrático, debe estar protegido contra el tráfico y contra las condiciones climáticas extremas, debe ser seguro, diseñado a escala humana y debe ser atractivos para el peatón, con lugares para el descanso y la permanencia con un mobiliario urbano adecuado y cómodo que posibilite la conversación.

Deben dar identidad y carácter a una ciudad, ya que a través de ellos es que se puede leer su historia, además de ser los sitios simbólicos donde se conserva y se expresa la memoria ciudadana.

El espacio público debe ser el lugar de encuentro donde se exprese la vida social de los habitantes a través de su apropiación, de ofrecer un lugar de equilibrio a los habitantes, además de tener la función paisajística de crear un oasis urbano y la función ecológica de regular el microclima y generar espacios de bienestar.

Una ciudad debe contar con la mayor cantidad de áreas verdes posibles, que sean útiles, cercanas y accesibles, a no menos de 300 metros de distancia de los habitantes y que su uso sea cotidiano, de manera que permitan la interacción social, mejoren las condiciones ambientales del entorno y las condiciones estéticas de la ciudad.

El espacio público debe adaptarse a las nuevas realidades y a los nuevos usos que el mundo actual demanda, por lo que es necesario establecer políticas para su adecuación y gestión desde una perspectiva más social, orientada a mejorar la calidad de vida de todos los habitantes y no a reforzar miradas excluyentes ni visiones privatizadoras de un bien que nos pertenece a todos.