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Florencio Compte: Los primeros barrios obreros de Guayaquil

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En 1937 entró a funcionar la Caja del Seguro para Empleados Privados y Obreros

La crisis de los veinte del siglo pasado, originada por la pérdida de mercados internacionales y afectación en las plantaciones cacaoteras, unidos al ‘crack’ de 1929, produjo en el Ecuador un periodo de inestabilidad económica y política que se prolongó hasta finales de los cuarenta y que se tradujo en la pauperización de las clases populares, la tugurización de las manzanas del centro de las ciudades principales y la ocupación de terrenos periféricos por parte de migrantes de las zonas rurales.

En 1937 entró a funcionar la Caja del Seguro para Empleados Privados y Obreros que empezó a financiar la adquisición de viviendas a través de préstamos hipotecarios. La Caja de Pensiones y la Caja del Seguro, entre 1930 y 1960, se convirtieron en agentes influyentes de la política y del desarrollo urbano por parte del Estado. Los pequeños barrios obreros públicos construidos en Guayaquil en la década de 1940, bajo las premisas de economía, durabilidad e higiene, se ubicaron en zonas periféricas en terrenos de bajo costo, como el Pasaje 28 de Mayo (1938-1945), el Barrio de Empleados (1939-1942), y el Barrio Venezuela (1946-1952).

Entre finales de los cuarenta y durante los cincuenta, se construyeron barrios de mayores dimensiones, como el Barrio del Seguro (1946-1952) y el Barrio Orellana (1948-1952), y se inició la colaboración entre el Municipio -que urbanizaba los terrenos y los dotaba de infraestructura- y la Caja del Seguro, que construyó algunas casas y vendía terrenos urbanizados a empresas con el fin de construir viviendas.

La Ciudadela 9 de Octubre (1957) y la Ciudadela Bolivariana (1957-1962), abrieron una nueva etapa en la concepción de vivienda pública, ya que abandonan las tendencias arquitectónicas de los primeros barrios obreros, para definirse hacia modelos norteamericanos. Estas urbanizaciones fueron habitadas por grupos sociales homogéneos de las mismas instituciones u organizaciones, generando una distinción morfológica evidente con respecto al tejido existente, que marcó el inicio del cambio de modelo del “barrio abierto” a la “ciudadela cerrada”.