Premium

Florencio Compte | La Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso

Avatar del Florencio Compte

Desde su fundación, la Sociedad ha fomentado  la formación profesional en áreas de arte y artesanía...

Si bien desde la época colonial existían gremios de trabajadores, generalmente ligados a las cofradías de la ciudad, las primeras asociaciones de ayuda mutua se empezaron a establecer en el Ecuador recién a finales del siglo XIX. Sin embargo, no fue sino hasta el triunfo de la Revolución Liberal en 1895 cuando los artesanos y los obreros se empezaron a agremiar y se dio el impulso para la conformación y el crecimiento de estas sociedades.

En general, estas organizaciones de obreros, artesanos y trabajadores tenían como finalidad la educación y la asistencia económica a los agremiados en caso de enfermedad y de accidentes y a sus familias en caso de muerte, además de la lucha por reivindicaciones de mejoras de ingresos y de sus condiciones laborales.

La agrupación más antigua con esos objetivos en Guayaquil fue la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso, establecida hace siglo y medio, en 1874, por el carpintero Andrés Miranda junto a otra veintena de artesanos, con el propósito de promover el progreso social, educativo y cultural de la ciudad y de sus habitantes, particularmente de la clase trabajadora y los artesanos. Este gremio buscaba mejorar las condiciones de vida y de trabajo de sus miembros, fomentar la educación y la capacitación, el intercambio de conocimientos técnicos y artísticos, así como contribuir al desarrollo económico de la región. Sus primeros estatutos, sin embargo, fueron rechazados y no fue sino hasta el 11 de diciembre de 1878 cuando pudieron conseguir su reconocimiento formal.

Entre las actividades que han desarrollado desde su fundación están la organización de conferencias, la promoción de la educación y la formación profesional en áreas de arte y artesanía, el apoyo a la cultura y las artes, así como la defensa de los derechos de los artesanos y los trabajadores.

También un carpintero destacado fue el Maestro Juan Bautista Solís quien construyó en el año 1905 la sede de la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso y que catorce años más tarde fue ampliada a un segundo piso por el mismo carpintero.