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Florencio Compte: Del tedio y hastío a la incertidumbre

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Los cambios de camiseta de los asambleístas, sobreprecios en contrataciones públicas y demás... pasan aletargados

Decía Jorge Luis Borges que la política no era más que otra de las formas del tedio. Probablemente esto es aplicable al Ecuador durante el tiempo que media entre cada elección. Ahí, salvo los escándalos de siempre, los cambios de camiseta de los asambleístas, sobreprecios en contrataciones públicas y demás (algo normal en la política ecuatoriana), lo cierto es que los mal llamados partidos políticos (en realidad empresas electorales) pasan aletargados.

En período electoral las cosas suelen ser diferentes: vuelven a parecer los voceros de los partidos (muchas veces con camisetas diferentes), el negocio ligado a las elecciones se activa y el tedio se convierte en hastío.

Probablemente esta última haya sido la campaña electoral más pobre en ideas y propuestas, y más excesiva en ataques personales y descalificaciones al contrario. No solo entre los candidatos, sino, principalmente, entre los cientos de seguidores que, a través de las redes sociales públicas y privadas, repetían bulos y difamaciones. A esto se sumaron un ejército de mal llamados periodistas que, sin ningún rubor ni ética, se convirtieron en voceros de sus candidatos de preferencia.

Hoy, por fin, concluyó la campaña y las urnas dieron un claro ganador. Sin embargo, del tedio y el hastío pasamos a la incertidumbre. ¿Será capaz el presidente Noboa de presentar una propuesta de gobierno que permita sacar al país de los niveles en lo que se encuentra? ¿De convocar a los mejores hombres y mujeres para que asuman esa responsablidildad de manera compartida? ¿Podrá responder a los intereses de todos los ecuatorianos y no de los grupos de poder que lo apoyaron? ¿Podrá llamar a la unidad presentando un proyecto de país a corto, mediano y largo plazo? ¿Podrá poner en práctica un plan económico coherente? ¿Qué hará para garantizar la seguridad de los ciudadanos? ¿Por el sistema de salud? ¿Por la reconstrucción de la infraestructura vial? ¿Por devolver la confianza en las instituciones? Estas, y muchas más, son las preguntas sobre las que esperamos y exigimos respuestas. El país, señor presidente, no aguanta más.