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Ciudades frágiles

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El problema principal es que las ciudades no producen los alimentos que consumen, sino que dependen casi totalmente de producción externa y de sistemas de abastecimiento, en la gran mayoría, vial’.

Vivir en la ciudad tiene ventajas. Los habitantes de una ciudad tienen mejores estándares de vida y mejor educación. Pero las ciudades son también lugares que se han desarrollado desconectadas de su territorio, lo que las hace frágiles ante situaciones como las que se han presentado en estos últimos días en nuestro país, donde los cierres viales han originado escasez y especulación de los alimentos.

El Grupo de Liderazgo Climático C40, que agrupa a más de 100 ciudades, establece que para el 2050 habrá 51 ciudades con dificultades de acceso a los cuatro grandes cultivos alimentarios: maíz, arroz, soya y trigo. Diez están en Latinoamérica, entre ellas Quito. Si bien el estudio hace referencia a la relación entre la producción de los alimentos y las lluvias, hay que añadir a esa vulnerabilidad la dificultad de acceso a los productos para algunas ciudades en los cuatro pilares en los que se asienta la seguridad alimentaria: disponibilidad, accesibilidad, utilización y estabilidad.

En muchas ciudades no existe una información clara sobre cuántas toneladas diarias de alimento son necesarias para garantizar la alimentación de la población, ni de donde exactamente provienen esos productos, peor aún, no cuentan con un plan de emergencia para el abastecimiento ante situaciones de emergencia. El problema principal es que las ciudades no producen los alimentos que consumen, sino que dependen casi totalmente de producción externa y de sistemas de abastecimiento, en la gran mayoría, vial. Una ciudad como Quito resulta más frágil a sufrir desabastecimiento que otra como Guayaquil, que dispone de un aeropuerto dentro de la ciudad y de un puerto por el que podrían llegar los productos ante los cierres de las vías de acceso.

Ante estas situaciones, las ciudades deben contar con planes de emergencia que permitan garantizar la seguridad alimentaria, deben también pensar y planificar lo urbano aunado con su territorio, de manera que pueda conectarse de mejor manera con el sector de la producción primaria y los campesinos, además de potenciar el desarrollo de sistemas alimentarios locales.