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Desafíos para el nuevo presidente

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Los electores esperamos respuestas sobre temas que no fueron abordados y que, además de la inseguridad y la corrupción, deben tener repuesta

Probablemente el desafío más grande de quien asuma el próximo gobierno a finales de este año será el devolver la confianza ciudadana en un Estado que garantice su propio funcionamiento, la sanidad, la alimentación, el trabajo, los servicios básicos y, principalmente, la seguridad de su población. Alguien que sepa pasar de la actual inoperancia a un ordenamiento jurídico y social respetable y fuerte.

Para ello, los ciudadanos deberemos elegir el 15 de octubre entre una candidata cuya propuesta se sustentó en reivindicar el pasado -con sus aciertos y errores- y que se empeña en posicionar la idea de que el Ecuador es un país dividido entre los que están con su partido y quienes están contra él, bloqueando, de esta manera, la posibilidad de generar acuerdos y conseguir nuevos votantes, además de tener propuestas regresivas en derechos y nulas respuestas ante los temas ambientales. Por otro lado, un candidato joven que mira al futuro y que supo entender y empatar su discurso fuera de confrontaciones -lo que se evidenció en el ‘debate’ electoral- y que parte con grandes posibilidades de captar a aquellos votantes que se niegan respaldar a un pasado del que, en algunos casos no recuerdan y, otros, se recuerda demasiado.

Los electores esperamos respuestas sobre temas que no fueron abordados y que, además de la inseguridad y la corrupción, deben tener repuesta por parte de los dos finalistas: educación de calidad, en sus diferentes niveles, y, particularmente el acceso y financiamiento de la educación superior; la desnutrición crónica infantil, un tema sobre el que poco se ha hecho en los últimos gobiernos; atención sanitaria asequible y eficiente, que implica reconstruir un sistema de salud en ruinas; protección de los ecosistemas, la biodiversidad y los recursos naturales, sobre esto fue claro el apoyo positivo de Daniel Noboa al Yasuní y la negativa contundente de Luisa González y su partido al mismo tema; derechos de las comunidades históricamente marginadas, entre otros.

El desafío es grande, las expectativas son amplias y el tiempo es corto.