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Lecciones del terremoto de Turquía

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Hay ciudades que son vulnerables por su origen ya que fueron construidas desde sus inicios en lugares no apropiados, como Guayaquil

A diferencia de otras ciudades turcas, Erzin fue la única en la que ninguno de sus edificios colapsó, a pesar de su cercanía al epicentro. La diferencia radicó en la estricta regulación de construcción, además de estar asentada sobre un suelo rocoso.

La amenaza de un riesgo para una ciudad se refiere tanto a factores probabilísticos de ocurrencia como a la vulnerabilidad, a las dificultades que una comunidad enfrente para reponerse del daño sufrido, así como al crecimiento, densidad urbana, sistemas constructivos de su arquitectura e infraestructura y a la desigualdad económica y social.

La gravedad de una catástrofe dependerá de la magnitud del desastre, del lugar del asentamiento humano o su trayectoria, además del nivel de vulnerabilidad del lugar y el grado de prevención y participación de la población.

Hay ciudades que son vulnerables por su origen ya que fueron construidas desde sus inicios en lugares no apropiados, como Guayaquil, donde el 90 % del suelo es considerado blando, de tipo arcilloso, mientras que solo el 10 % posee características rocosas. Este tipo de suelo predominante, junto al nivel freático, favorecen la amplificación de las ondas sísmicas durante un movimiento geológico, lo cual hace a la ciudad altamente vulnerable. Además de que Guayaquil está localizada sobre la placa Sudamericana, bajo la cual se subducta la placa de Nazca, que ha producido grandes terremotos que han afectado a la ciudad, como los sismos de los años 1653, 1942, 1943, 1946, 1956, 1971, 1980, 1998 y 2016.

Con los avances tecnológicos se han desplegado mejoras considerables en el seguimiento, monitoreo y predictibilidad de los desastres naturales al mejorar los sistemas aplicados a la alerta, la atención de la emergencia, al diseño de estrategias para la reconstrucción y la recuperación de las zonas afectadas, además de medidas de prevención y mitigación. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que dichos avances no son suficientes para disminuir los efectos de los daños.

Erzin es un ejemplo de cómo una reglamentación constructiva estricta preserva vidas.