Santiago de Guayaquil: ciudad-puerto

Este cambio significó una modificación fundamental en el carácter de la ciudad, al pasar de ser un enclave del altiplano andino a un poblado ubicado al nivel del mar y cercano a la costa pacífica
Las ciudades cumplieron un papel fundamental en el proceso de conquista hispana del territorio americano. Entre finales del siglo XV y el siglo XVI se dio el proceso fundacional de numerosas villas y ciudades en el territorio conquistado. Si bien los actos fundacionales fueron similares, poco a poco se fue dando un proceso de diferenciación en función del carácter que las ciudades iban adquiriendo. El fin último era la posesión e irradiación del territorio y la sujeción de la población indígena que pudiera encontrarse.
Si bien en las normas se establecía que las ciudades debían asentarse en regiones “de buena y feliz constelación, el cielo claro y benigno, el aire puro y suave, sin impedimento ni alteraciones y de buen temple, sin exceso de calor o frío”, no siempre se consideraron estos factores sino que se atendió, principalmente, a necesidades económicas y de evangelización.
Según los historiadores Dora León Borja y Ádám Szászdi, antes de su localización definitiva la ciudad de Santiago estuvo ubicada en la llanura de Cicalpa, cerca de la actual Riobamba, donde fue fundada el 15 de agosto de 1534 con el nombre de Santiago de Quito. Su traslado final, en junio de 1547, junto a la confluencia de los ríos Daule y Babahoyo, por el capitán Francisco de Olmos, respondió a la necesidad de contar con un puerto que pudiera vincularse con Panamá y facilitara la exportación de productos que se producían en las tierras interiores.
De esta manera, Santiago de Guayaquil empezó su historia “con solo 45 vecinos, y una población total que no pasaría de 150 personas” en un lugar anegadizo y apretujado, rodeado por manglares y pantanos, con una disposición de manzanas irregulares y edificaciones dispersas alrededor de lo que se describía como una pequeña plaza no cuadrada.
Este cambio significó una modificación fundamental en el carácter de la ciudad, al pasar de ser un enclave del altiplano andino a un poblado ubicado al nivel del mar y cercano a la costa pacífica, que le permitió constituir su vocación de ciudad-puerto y condicionar su desarrollo histórico.