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¿Y después de la vacunación… qué viene?

Avatar del Francisco Huerta

Los desafíos del futuro tenemos que enfrentarlos juntos’.

Para lo que resta del año, podemos seguir haciendo acupuntura: pinchando por aquí y por allá, pero sobre todo planificando para los duros años que vienen. (No quiero ser pesimista, sin embargo, miro con recelo al próximo 2022)

Hará falta una lúcida visión de futuro que supere la actual segmentación de los ministerios que ahora actúan como compartimentos-estanco. Necesitamos un nuevo plan nacional de desarrollo donde entremos todos en su diseño y ejecución. Todos son alianzas público-privadas, universidades, organizaciones de la sociedad civil, colegios profesionales… y un largo etcétera.

En efecto, así como se dijo que sin vacunación no habría reactivación, sabiendo que somos pobres, aunque sigamos sosteniendo que somos un país rico mal administrado, lo cual es cierto pero, somos pobres, sobre todo muy desiguales, ahora necesitamos, más allá de la lucha contra la COVID-19, una buena atención de salud, una buena conducción en lo educativo y, para evitar explosiones imprevistas, debemos volver a organizar un frente social eficiente y eficaz, que nos garantice trabajo y alimentación sana y barata, a partir del mejoramiento de la productividad agrícola, lograda con el apoyo de la ciencia, la tecnología y la innovación.

Para aproximarse a las realizaciones planteadas, va a hacer mucha falta poder trabajar en un ambiente de seguridad, de tranquilidad. Una buena administración de justicia es igualmente trascendente para atraer inversiones externas y garantizar a las nacionales.

Por el estilo, el lema de los días que vienen debería de ser: todos juntos. Sé que es difícil lograrlo pero es imperativo hacerlo. Los equipos de comunicación del Gobierno deberían empezar a moverse a buen ritmo, para concientizar a la población en general, en el logro de estas propuestas hechas a mano alzada, aunque resumen viejas aspiraciones todavía no alcanzadas, situación que, al fin, debe empezar a cambiar. La gente hace rato que está al límite y el hambre no es buena consejera. Por suerte contamos con un presidente que sabe liderar pero, no puede lograr, él solo, todo lo que hace falta.