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Emociones y alegrías nuevas

Avatar del Francisco Huerta

"Emocionan las hazañas del pequeño gladiador carchense"

La semana que pasó fue pródiga en emociones y alegrías para los ecuatorianos. La facilidad que las modernas tecnologías brindan para la transmisión en directo de los acontecimientos mundiales nos permiten estar cerca de ellos en el mismo instante en que ocurren. Así, pudimos disfrutar de las hazañas deportivas de Richard Carapaz y de su enorme capacidad para asimilar el triunfo o la derrota con la serenidad propia de su caballerosa formación. Carapaz, de pronto, pero con muchas horas de esfuerzo y sacrificio previo, se ha convertido en personaje mundial del ciclismo, motivo de admiración latinoamericano y, por supuesto, ciudadano de comportamiento ejemplar para sus paisanos ecuatorianos.

Buen tiempo ha pasado sin tener una gloria del deporte que tantas satisfacciones le brinde al Ecuador, como la Locomotora del Carchi. Nos tiene viendo las competencias ciclísticas a todos, creando un hábito que no teníamos. Más allá de las victorias y los primeros puestos, compartiendo sobre todo su valentía sencilla, que no requiere de ademanes puesto que está sometida a lo observable con emoción apenas contenida en las competencias en las que, en ámbito planetario, se mantiene entre las figuras destacadas.

Ha sido sumamente grato escuchar los elogiosos comentarios a él dedicados por parte de los comentaristas latinoamericanos y europeos de las cadenas internacionales. El “atención Ecuador” con que nos alertaban para que compartiésemos sus esfuerzos, su extraordinaria capacidad de pedalear y “fugarse” es todavía una recordación que nos genera endorfinas.

Bien haría el Gobierno nacional, pese a la crisis, en respaldarlo económicamente para que pueda dedicarse a transmitir los elementos constitutivos de su férrea voluntad a los jóvenes ecuatorianos que requieren de modelos distintos a los que, degradados, nos ofrece ahora la política.

¡Gracias Richard Carapaz! Con mi antiguo afecto y profunda admiración al pueblo del Carchi, cuando no me es fácil visitarlo físicamente, quiero darle un gran abrazo a través del que desde está columna le otorgo al formidable atleta ecuatoriano.