Evitemos el rebrote

Para entonces, si hemos bajado la guardia, ya estaremos con poca capacidad de reacción.
No hay una cuantificación del incremento del número de casos que permita decir: tenemos un rebrote. La cantidad de variables que hacen difícil dicha mensuración es amplia. Ahora hay más diagnósticos. Se hace control de los contactos y eso incrementa los positivos. También se detecta a los asintomáticos y a los jóvenes con síntomas leves. Así, el índice de contagiados sube necesariamente.
Es evidente que sin hacer pruebas cada día nos enteramos de nuevos contagiados entre amigos y conocidos, lo que hace verosímil al rumor previo de que están comenzando a llenarse los hospitales.
En todo caso, sea cuantos sean los casos necesarios para hablar de rebrote evitemos que oficialmente se reconozca tal situación. Para entonces, si hemos bajado la guardia, ya estaremos con poca capacidad de reacción.
El tiempo de volver a incentivar las medidas de cuidado es ahora: a lavarse las manos con frecuencia o a desinfectarlas a menudo; alcohol hay por todo lado. No abandonar el uso de la mascarilla. Usarla no es un atentado a la libertad personal, como dicen algunos fundamentalistas. Se trata de evitar contagiar a los otros si uno está contaminado y no lo sabe. No será grato contaminar a los seres queridos. Por lo demás, como se dijo en la Cumbre de Salud Pública convocada por la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública, el uso de la mascarilla no es cuestión de policía, es un asunto de cortesía.
Finalmente, tal cual gustan de expresar en la vecina Colombia: no hay que dar papaya. Con todo y las medidas de protección, las exposiciones largas en sitios cerrados donde hay otras personas, como en los restaurantes, son un riesgo. Prefiera los espacios abiertos. Ni hablar de asistir a lugares donde se da una gran concentración. Ya vieron el caso de Trump. Ahora usa mascarilla porque nadie sabe si contraer la COVID-19 inmuniza, da protección frente a nuevos posibles contagios. Se dice que ni la próxima vacuna nos librará de las reinfecciones, dado que la protección será temporal.
Así las cosas, no juguemos a la ruleta rusa con el virus. Tampoco hagamos del encierro la única forma de protección.