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El informe a la nación

Avatar del Francisco Huerta

Un informe sobre el estado de la nación y las propuestas para el futuro, no puede ser un acto más de la liturgia democrática. Debe tomarse en serio

Espero que el presidente Lasso haya encargado la redacción inicial de su informe a la nación respecto al cumplimiento de su Plan Nacional de Desarrollo y los objetivos que se propone alcanzar durante el nuevo año de gestión, esto es 2022-2023.

Recopilar y organizar todo el caudal de 'labor cumplida' que enviarán los diversos ministerios y sus respectivas oficinas, no es tarea sencilla y conviene tenerla procesada trimestre a trimestre.

En cuanto a los objetivos de futuro, es conveniente tener presente que el próximo año se va a evaluar su ejecución

 A propósito, cabe recordar que el informe lo dará ante una Asamblea Legislativa adversa, que debe 'pronunciarse al respecto', según dispone la Constitución, mandato que casi nunca se ha cumplido y que ahora podría asumirse, en ánimo de ampliar la brecha entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Ojalá el informe muestre más de lo que ha podido conocerse; la comunicación oficial es muy mala.

Obviamente se volverá a insistir en el éxito de la vacunación. Fue un gran trabajo, una magnífica realización eso de vacunar a nueve millones de ecuatorianos en cien días. Lo hizo posible un esfuerzo de todos, bajo la conducción presidencial. No hay en este año otro logro comparable en función de la reactivación de la economía, aunque parece que no fue suficiente para conseguirlo con la velocidad que se requiere. Factores ajenos a la voluntad general, tal cual la constante pugna política, no son un clima propicio para incentivar inversión ni externa ni interna. Sin ella, pese a que ya no usemos mascarilla, no se consigue generar empleo en la magnitud que hace falta.

La invasión de Rusia a Ucrania complicó la situación. Nadie toma decisiones en ánimo de ampliar sus negocios hasta no tener un panorama más claro y la guerra se ha dilatado sin dejar señales de cuándo podría terminar. (Repudiar la agresión debería ser una decisión consecuente con nuestra permanente política internacional que no reconoce territorios adquiridos por la fuerza.)

Volviendo al informe, todo el país debería estar pendiente para juzgar, sobre hechos, la labor cumplida.