No confío en el CNE

Avatar del Francisco Huerta

Hay que crear un Frente Ciudadano de Defensa del Sufragio Libre.

Tengo más de sesenta años votando. No es la primera vez que critico al organismo encargado de organizar y llevar adelante los procesos electorales. Cuando se llamaba Tribunal Electoral en alguna ocasión me tocó destacar lo inadecuado de la denominación. Tribunal es -debería ser- un sitio donde hay tribunos, dignatarios de alta representatividad y, en el origen de la denominación, tribunos eran las cabezas de las tribus en que estaba dividida la antigua Roma. De esos hubo pocos en el TSE, pero hubo.

Recientemente tuvimos un tribuno de los que aún nos quedan, como el doctor Gustavo Vega, en el Consejo Nacional Electoral y se avanzó en el proceso de darle prestigio a esa organización. Ahora no quiero calificarla pero, observándola sumamente debilitada, me permito señalar, con todas las letras, que no confío en su idoneidad para conducir el ya cercano proceso electoral. Por eso planteo que con urgencia se proceda a su renovación, de modo que se garantice el respeto a la voluntad popular que se expresará próximamente.

Conste que yo no pertenezco a partido alguno y no me interesa que este grupo político o aquel otro tenga el control del CNE. 

Precisamente lo que deseo evitar es que así ocurra. Ningún partido debe de tener el “control” de los organismos públicos. Cuando así sucede la corrupción aparece. A corrupciones de diverso tipo aludo, tal cual el fraude electoral. Anticipo esta aclaración porque he oído el argumento de que la interpelación en curso obedece al interés de tomarse el CNE. Por supuesto, ese argumento me hace pensar que el CNE ya está tomado por sus actuales dirigentes. 

Lo cierto es que con tanta pugna, todos han perdido legitimidad. Me atrevo por ello a sugerir la necesidad de conformar un Frente Ciudadano de Defensa del Sufragio Libre. Ojalá, parroquia a parroquia, en todo el territorio nacional, los ciudadanos afiliados o no a partidos políticos se organicen en ánimo de garantizar que su voluntad no será escamoteada luego de un apagón electrónico. Solo la vigilancia, urna a urna, evitará la posibilidad de un fraude electoral. 

Queda sugerido.