Premium

Cuba: voces de las libertades

Avatar del Francisco Huerta

"Vivimos una guerra de baja intensidad, librada en todos los países del continente. Ojalá lo que venga sea un periodo de libertad y progreso"

La isla, nombre con que también se la designa, “La Isla” por antonomasia, es una síntesis de arraigados mitos y afectos incondicionales, construidos a lo largo de más de medio siglo.

Sierra Maestra, por ejemplo, es paradigma de la lucha heroica contra la dictadura de Batista, de Fidel Castro y Camilo Cienfuegos, entre tantos jóvenes cubanos y de otros pueblos de América que no quisieron “perder con papelitos lo alcanzado a balazos en los campos de batalla” y entonces, asumiendo con mística la tarea de restaurarle a Cuba sus libertades, se las fueron coartando a nombre de la sacrosanta Revolución.

De proceso verde oliva, devoto de la Virgen de la Caridad del Cobre, se declaró, bajo la angustia de las primeras crisis económicas, el carácter marxista-leninista de la Revolución y el totalitarismo se implantó de golpe, con apoyo soviético.

Por grandes éxitos en salud y educación, el mundo miró con asombro los resultados de la pequeña gran nación caribeña y también para otro lado cuando los atropellos a los derechos humanos.

No faltaron los intelectuales de izquierda que mostraron su desacuerdo, no es fácil ser objetivo en el análisis de la Revolución y sus derivaciones pero, la enorme y lúcida maquinaria de propaganda y la natural simpatía de los cubanos, continuaron dándole soporte.

Ahora, la libertad está reclamando su cauce. Como siempre, desde el gobierno se culpará a los Estados Unidos y se realizarán incontables e inaceptables y multitudinarias redadas de ciudadanos que se han manifestado pacíficamente. Los mismos que apoyan las manifestaciones en Colombia condenarán las que ocurren en Cuba.

Así de sesgado es el comportamiento de los fanáticos.

Más allá de los juicios de valor, aunque esté claro que el proceso cubano es una fallida aventura socialista que se mantiene haciendo malabares en la política internacional y sometiendo a sus ciudadanos, lo deseable ahora es que los acontecimientos no degeneren en un enfrentamiento que inunde de sangre la tierra de Martí. Bien se sabe: el árbol de la libertad se riega con sangre de patriotas y tiranos.